Nuestro libro de la vida comienza un nuevo capítulo, los borrones del capítulo anterior, solamente deberían permanecer en nuestra mente, no para hundirnos o para autoconvencernos de que siempre es igual y que nada voy a poder cambiar..
Solemos echar la culpa a que el año pasado no nos trajo nada bueno, pero ¿que he hecho yo para que el año fuese mejor, no sólo para mi sino para cuantos me rodean?
Creo que lo esencial es pedir ayuda a Dios para vivir el año según su voluntad, de tal forma que sepamos perdonar, acoger, ayudar y tener la suficiente humildad para dejarnos ayudar, para acoger un buen consejo como tal, reconocer nuestras limitaciones y abrirnos a la acción del Espíritu en nosotros, teniendo en cuenta que sin oración es imposible la acción.
Cuando la gracia de Dios actúa en nosotros, acogemos de distinta forma las adversidades, somos más creativos para afrontarlas y si ya no podemos hacer nada más, ponernos en sus manos con la fe de que Él estará con nosotros en los momentos duros que nos toquen vivir, siendo apoyo y guía. Estoy convencida de que si nuestro deseo fuese que Dios estuviese con nosotros en este nuevo capítulo que comenzamos a escribir, tendríamos menos quejas, aumentaría nuestra confianza y podríamos poner nuestro granito de arena para construir una nueva humanidad.
Feliz año Nuevo con la presencia de Dios en nuestras vidas "sólo Dios basta" (Santa Teresa)