lunes, 27 de abril de 2020

Lunes 27 de abril

Hoy la Familia Paulina recordamos con gozo y agradecimiento a Dios, que el 27 de abril del 2003, nuestro Fundador P, Santiago Alberione fue proclamado Beato

"Así pretendo pertenecer a esta admirable Familia Paulina: como servidor ahora y en el cielo, donde me ocuparé de quienes emplean los medios modernos más eficaces para el bien : en santidad, en Cristo, en la Iglesia"         (AD, 3)                                                      
                  Rosa Mª C. M
 
                                                                       

27 de abril


domingo, 26 de abril de 2020

Tercer domingo de Pascua


Continuamos presos de esta pandemia, pero ahora es precisamente cuando  la Palabra de Dios es el centro de nuestra vida, nos ilumina, y tal vez ahora más que nunca, nos recreamos en ella; no sólo la escuchamos en la Eucaristía a través de los medios de comunicación, sino que hacemos una lectura orante viendo que nos dice en el momento que nos está tocando vivir, pues lo que estamos pasando no puede ser que nos hunda y nos anule presos del miedo. Es cierto que lamentamos y lloramos la perdida de tantos cientos de miles de personas que han visto truncada su vida por este mal que nos acosa, pero también es cierto que oramos por ellos y sabemos que Dios los habrá recibido en su seno, pues han caído en unos momentos difíciles sin tener un familiar a su lado del que pudiera despedirse y recibir cariño, una muerte en absoluta soledad, y unas familias que no pueden tener el calor de amigos y familiares para tener palabras que las consuelen o un hombro sobre el que llorar, todo esto a la población nos está haciendo más humanos. Más compasivos y más cercanos, aún en la distancia.
Hoy en mi pueblo deberíamos haber salido a esperar la llegada de  nuestra patrona Nuestra Señora de las Cruces, a este su pueblo, a hombros de los jóvenes del pueblo, desde su ermita a 14 Km de distancia, pero Ella también está acompañándonos en este confinamiento y nos da ejemplo, nos pide que no temamos, y escuchemos y guardemos en nuestro corazón las Palabras de su Hijo, pues son Palabras de vida eterna, la única Palabra en la que podemos fiar. y así cada día en la escucha y meditación de la Palabra, vamos recuperando aquella esperanza y alegría que esta situación nos ha pretendido robar. 

Nosotros hoy Señor nos encontramos desorientados, acobardados, y nos gustaría, como narran los Hechos de los Apóstoles en la primera lectura,  cambiar como Pedro cambió por el amor de Cristo, lo liberó de esa cobardía que mostró en las negaciones y el amor que tenía a Cristo le hizo cobrar la valentía de  quien se sabe amado por Dios hasta el punto de tener la seguridad de que Él no nos abandona y viene a nuestro encuentro. Que estemos prontos a acoger el Espíritu de Dios que viene a fortalecernos en nuestra debilidad.  Las circunstancias actuales nos quieren robar la alegría de tu Resurrección, pero no queremos dejar que nada ni nadie nos haga estar como los discípulos cuando iban de vuelta a Emaús, con ese desánimo y la idea del abandono rondando por nuestra mente. Queremos encontrarnos cada día con Él, que haga arder nuestro corazón con su Palabra, que nos ayude a recuperarnos de estos momentos que nos tienen perdidos, que se nos muestre al partir el pan, aunque ahora solamente podamos participar de la mesa eucarística espiritualmente y con un deseo ardiente.  Le pedimos que  nos enseñe el sendero de la vida,  para que caminemos en la certeza de que no estamos solos, sino que Él nos acompaña. Hoy pido al Señor que tenga siempre presente que  Él nos ha liberado de nuestra conducta inútil con su preciosa Sangre, como nos dice en la segunda lectura el apóstol San Pedro en su primera carta, y procure que mi caminar siga las huellas de Jesús, y si mi camino se desvía, tenga la certeza de que Él espera siempre que vuelva a Él y siempre sale a mi encuentro. Amén 
 Rosa Mª Córdoba M.





26 de abril


domingo, 19 de abril de 2020

II Domingo de Pascua - la Divina Misericordia

Como decía en otra ocasión, la mejor reflexión, es la que hace cada persona en su encuentro con el Señor, no obstante, como Dios también habla a través de la de los hermanos las compartimos buenamente, sin olvidar a  las “lectio divina” que suelen ser muy buenas.

Hace unos días no se me ocurría nada cuando intentaba escribir algo, entonces me di cuenta, con una claridad sorprendente, que lo importante en aquel momento no era escribir una reflexión maravillosa sino el estar con el Señor como con un amigo y acompañarle,  pidiendo al Espíritu Santo me guiase en ese rato. 
Al día siguiente, como  no podía escribir nada nuevo, a pesar de la de la riqueza de la  narración que sugiere numerosos puntos para poder detenerse,   miré lo de otros años y encontré lo siguiente, del 30 de Marzo del 2008, se refiere sólo a los dos primeros versículos, ahora los vuelvo a contemplar y descubro tanta belleza que sobraría cualquier comentario de los mismos.

Al anochecer de aquel día, el primero de la semana, estaban los discípulos en una casa, con las puertas cerradas por miedo a los judíos. Y en esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo: ”Paz a vosotros”. Y diciendo esto, les enseñó las manos y el costado.  Los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. Jesús repitió: “Paz a vosotros” (S. Jn. 20, 19-21)
 
En cada visita que hago al Señor se puede repetir este encuentro (los discípulos asustados, por miedo a los judíos, y Jesús que se presenta en medio de ellos dándoles la paz repetidas veces)
Jesús me da su paz, y se muestra tal como es, con sus manos y costado traspasados; hemos de contemplar a Jesús así, porque son las pruebas de su amor por nosotros (Podemos contemplarlo en nuestra oración  de las tardes de esta semana II, en el cuadro o estampa, que seguro todos tenemos, de la Divina Misericordia)

Me da la paz, Jesús siempre me da la paz porque es un Dios de Paz, Paz porque me ama y en cada encuentro con Él me reconstruye e intenta que yo sienta su cariño (lo que pasa es que yo me cierro a su amor, no confío lo suficiente en Él )
Deseo recordar esto una y otra vez, porque se me olvida fácilmente, cada vez que vaya a la oración.

Que Jesús y María nos bendigan a todos.

                                                                                                                      Mari Muñoz



19 de abril


domingo, 12 de abril de 2020

Domingo de Resurrección - Aleluya

Hoy Cristo ha resucitado, y con su Resurrección, la cristiandad canta jubilosa ¡Aleluya! A través de los medios de comunicación, participamos de la Vigilia pascual con mucha intensidad y, tal vez, mas expectantes que nunca, el momento de la bendición del cirio Pascual, llevó la luz a nuestro corazón, apagado por la tristeza de este mal que nos persigue y acosa y que a tantas personas ha atrapado y muchas han dejado este mundo, pues no han podido hacerle frente, pero, a pesar de todo, renace la esperanza al sentir que las tinieblas se van dispersando con la Luz de Cristo: Él ha vencido a la muerte, y Él nos preparará un lugar en la Casa del Padre. 
Con la bendición del agua, he sentido que tenía la necesidad de pedir al Señor que me lave de mis pecados, pues este año no he podido celebrar el Sacramento de la Reconciliación, y en mi interior he sentido la frescura de ese agua que lava nuestras culpas. 
El entonar el Gloria, ha adquirido mayor significado, ¿cuántas veces habré asistido a la vigilia Pascual y ha habido momentos que no he vivido con la intensidad que este año? El Gloria ha sido el canto con el que, precisamente junto con el Santo, me he sentido unida a toda la cristiandad y a los ángeles y santos y toda la Iglesia triunfante, un gozo que deseo para toda la humanidad.
Hoy, Cristo nos ha regalado vivir y celebrar su Resurrección, reconocer que el virus, la muerte, no tienen la última Palabra, que Cristo que ha resucitado de entre los muertos, aviva nuestra esperanza, nos invita a fortalecernos con las Sacramentos, para seguirlo a Él que es el único Camino, Verdad y Vida. 
Gracias Señor por el gran regalo de haber podido vivir esta Pascua con mayor profundidad y fraternidad, gracias por tu Luz, tu agua viva que mana de las fuentes de la Salvación y por la Iglesia que diariamente  nos sirve el Pan de la Palabra y el Pan de la Eucaristía.
Gracias María por aceptarnos como hijos tuyos, sabemos que tu compañía nunca nos faltará, al igual que estuviste con tu Hijo, hasta en los momentos más duros el entregar su vida.
Por eso entonamos, durante toda este tiempo pascual 
Reina, del cielo, alégrate, aleluya. 
Porque el Señor a quien has llevado en tu vientre, aleluya. 
Ha resucitado según su palabra, aleluya. 
Ruega a Cristo por nosotros, aleluya. 
Goza y alégrate Virgen María, aleluya. 
Porque en verdad ha Resucitado el Señor, aleluya.
No nos cansamos de felicitar a María por la Resurrección de su Hijo y a todos los hermanos comunicamos esta alegría.
Señor que nunca olvidemos que tú has muerto y has resucitado por amor a esta humanidad que a veces se aparta de ti, perdónanos y danos tu salvación. y tampoco olvidemos que María nos lleva hacia ti, que nunca nos separemos de Ella.  Amén

Rosa María C.M.



Pascua de la Resurrección del Señor

Una vez más agradecemos que el Apostolado de la Oración, nos permita publicar estas reflexiones-oraciones de Orar la Vida.

La bella flor que en el suelo                                   
    plantada se vio marchita,                                       
    ya torna, ya resucita,                                                           
   ya su olor inunda el cielo.                                                                 

De tierra estuvo cubierto,                                       
    pero no fructificó                                                   
    del todo hasta que quedó                                         
    en un árbol injerto.                                                   

Y aunque  a los ojos del suelo                                 
    se puso después marchita,                                          
    ya torna, ya resucita,                                                 
    ya su olor inunda el cielo.                                         

Toda es de flores la fiesta,
    plantada se vio marchita,                                       
    ya torna, ya resucita,                                                                 
   ya su olor inunda el cielo.                                                                     

Y mientras su iglesia grita
    mendigando algún consuelo,
    ya torna, ya resucita,
    ya su olor inunda el cielo

Hoy la cristiandad se quita
    sus veladuras de duelo
    Ya torna, ya resucita,                   
    ya su olor inunda el cielo.                                      
    Juan de Salinas (s. XVI-XVII)

Domingo de Resurrección


....y en medio de la oscuridad surgió la Luz, Y lo hermoso hay que compartirlo. Hoy llamaremos a nuestros familiares para felicitarles y decirles que nos alegramos de poder hablar con ellos y de lo mucho que les queremos.

SEMANA SANTA EN CASA

12 de abril


sábado, 11 de abril de 2020

Hoy Sábado Santo

Otros años, el  Sábado Santo, Madre, todos tus hijos te hemos acompañado, contemplando y meditando tus siete dolores, esas siete espadas que atraviesan tu corazón, para que no te encuentres sola  tu desolación. Contemplamos que amor tan grande nos tienes, que a pesar de que tu Hijo ha muerto por nosotros, tu nos aceptas como hijos queridos tuyos, pues así te dijo el Señor en la persona de Juan: "He ahí a tu hijo", pero antes nos dijo "he ahí a tu madre", y cómo hijos tuyos ¿ cómo te vamos a abandonar. Si hace buen tiempo, te acompañamos por las calles, si llueve, te acompañamos en el templo, ¿Cómo abandonarte en tu dolor? Pero este año, María, eres tú quien no nos deja solos en el dolor que esta pandemia ha producido en tantos hogares, eres tú quien en medio de tu Desolación, eres nuestro apoyo y nuestra esperanza, alientas en nuestra alma la esperanza de la Resurrección. Tu hijo no ha muerto en vano, ha muerto y muere con nosotros, en los hospitales, en medio de un abandono forzado que rasga los corazones de los familiares de los enfermos y a los enfermos mismos, pero tú que sabes de dolores, de abandonos, de llantos y lágrimas por el Hijo condenado a muerte por amor al genero humano, nos alientas para que nuestra esperanza se haga fuerte, la muerte no tiene la última palabra, Dios ha vencido a la muerte.
Esta noche, Madre, celebraremos contigo el triunfo de Cristo sobre la muerte, la Luz que vence las tinieblas, el agua que nos purifica; no estaremos físicamente pero nuestro espíritu llenará los templos y de nuestras gargantas saldrá el grito unánime ¡CRISTO HA RESUCITADO ALELUYA! y sentiremos como, los que en estos días nos han precedido en el sueño de la muerte, están celebrando con gozo el día más grande de nuestra fe, de la humanidad. LA RESURRECCIÓN de nuestro Señor Jesucristo.
Señor enciende nuestra fe, haz que las tinieblas que nos acosan se disipen bajo tu Luz y bendice con la Paz a quienes ahora están sufriendo, como victimas inocentes esta pandemia. AMEN

Rosa María Córdoba


Sábado Santo

Cuando la oscuridad se cierne sobre nosotros, cuando el dolor no nos deja respirar, cuando el futuro nos angustia, las lagrimas nos ahogan y el miedo nos paraliza. 

Ahora más que nunca, hay que confiar en que la Luz siempre vencerá a las tinieblas.

SEMANA SANTA EN CASA

11 de abril


viernes, 10 de abril de 2020

Hoy Viernes Santo

Desde nuestro confinamiento, sin poder participar en los Oficios, solamente y gracias a Dios por TV, con este servicio que nos están prestando las distintas televisiones locales, regionales y de ámbito nacional TVE y 13 TV, retransmitiendo desde Roma. Iglesias vacías y corazones que viven la angustia, el dolor y la expiración de Cristo que muere en la Cruz por amor a la humanidad. 

Hoy el día está teñido del color de la tristeza, oscuro, como reflejo de la oscuridad que sentimos en nuestras almas ante el dolor que nos rodea, las muertes y los enfermos, victimas inocentes de un virus, que ha venido a mostrarnos que nuestro poder es ficticio, que algo que ni siquiera podemos ver, amenaza nuestras vidas y aquí, en medio de todo, Tú sigues sufriendo en cada uno de nuestros hermanos  que sufren y estás acompañando a los que parten sin el abrazo de sus seres queridos, sin una despedida, y ahí estás tú para alentarle, para mostrarle que tu amor no le deja, que Tú moriste por cada uno de nosotros y que ahora le acompañas y mueres con él, pero que al igual que le dijiste al buen ladrón, él irá contigo al Paraíso, a ese lugar que tú has ido a prepararnos. 

Hoy el cielo está triste y si llueve, no nos preocupa por no procesionar, nos intranquiliza el que pueda haber más victimas inocentes en esta guerra cruel, sin armas.

Hoy, muchas personas hemos llenado los templos desde nuestros hogares, hemos vivido con intensidad tu Pasión y hemos comprendido cuanto nos debes amar, para entregarte a esa muerte cruel siendo inocente y solo habiendo hecho el bien. Que distinto a nosotros, lo que nos importa es salvarnos y no admitimos nuestra culpa, que claro que la tenemos, el egoísmo es una seña inconfundible de una humanidad que se ha deshumanizado, pero Tú que de todo sacas bien, nos has descubierto nuestra capacidad de amar, de ser solidarios, de preocuparnos los unos de los otros y de coger fuerzas para poder hacer frente a esta pandemia. Y miles de corazones oran para que Tú sostengas y fortalezcas a cuantos están en la lucha.

Señor no sé cuando llegará mi hora, pero me gustaría que, como al ladrón arrepentido, tú me dijeses :"Hoy estarás conmigo en el Paraíso", y no por mis méritos, sino porque Tú has entregado tu vida por nosotros. Amén 
Rosa María C.M.

Viernes Santo


La Cruz se ha hecho más presente que nunca en nuestras vidas en este tiempo de pandemia.

Compartimos admirados el sufrimiento de Cristo.


Y le pedimos que nos dé las fuerzas suficientes para poder soportar la carga de nuestras cruces particulares.

SEMANA SANTA EN CASA

10 de abril


jueves, 9 de abril de 2020

Hoy es Jueves Santo

Señor, hoy los pueblos y ciudades, no han contemplado tu imagen en la Santa Cena, ni la de tu Oración en el Huerto, ni como tú sufriste en tu carne los azotes que hubiéramos de recibir nosotros, y en Tu espíritu sentir la soledad. Nosotros, como tus amigos, aquellos que tú pediste te acompañasen y orasen, no entendemos tu sufrimiento, no entendemos y nos quedamos aletargados, el brío de la niñez se ha olvidado, y nosotros también te dejamos solo.
Señor, esta semana Santa no hemos podido acompañarte ni quedarnos contigo orando ante ti en adoración, este año la estamos viviendo en casa, de puertas para adentro, pero con más tiempo para darnos cuenta de cuán grande es tu Amor, y como a veces nos olvidamos que tú has venido para salvarnos a todos y nos estamos dando cuenta de cuantas veces te dejamos solo; tenemos tantas cosas que hacer, ahora estamos viendo que siempre se puede sacar un tiempo para estar con el Amigo que nunca nos falla, unas veces adorándote en la Eucaristía, y otras veces, atendiendo y acompañando a enfermos o ancianos, pero este año, ni eso podemos hacer.  Nuestra fragilidad humana se ha puesto de manifiesto y nos exige aislamiento. Pero precisamente estos contratiempos, nos están haciendo más conscientes de cómo hoy, día del Amor fraterno, en  la distancia estamos más unidos que nunca, nos interesamos por la salud de los otros, oramos por ellos y sus familias y especialmente por aquellos que han fallecido en soledad, aunque nos consta que Tú has estado con ellos. Necesitamos que nos laves señor, que purifiques nuestro corazón y no nos dejes errar el camino, necesitamos agradecerte todo el bien que nos has hecho cumpliendo la voluntad del Padre, y te pedimos nos enseñes a descubrirla y a poner nuestro empeño de, acompañados por ti, cumplirla también. Nunca nos has dejado solos y ahora más que nunca, necesitamos acercarnos más a ti. Damos gracias porque a través de los medios, hemos podido participar en las celebraciones litúrgicas. Gracias Señor por este gran favor. y gracias por la institución del sacerdocio. Abre Señor nuestros ojos para ver las maravillas que obras en nosotros Señor. Cúranos, sánanos de nuestros egoísmos, y sana y cura a los enfermos de esta gran pandemia. Que cese el sufrimiento Señor.
Rosa María C.M.

60 º aniversario

Ayer celebramos el 60 º aniversario de la aprobación pontificia de los Institutos Agregados: Virgen de la Anunciación , San Gabriel Arcángel y Jesús Sacerdote, unidas en espíritu, pero no por ello distantes, pues nos sentimos muy unidas todas las anunciatinas en esta celebración tan atípica, que  hemos vivido como una experiencia nueva de unidad, no sólo entre nosotras, las de España, sino con todas las anunciatinas del mundo,  a gabrielinos y miembros de Jesús sacerdote.
Podemos decir sin temor a equivocarnos, que ha sido una celebración universal, unidas en oración  de  acción de gracias por nuestro Fundador , Beato Santiago Alberione, y fundamentalmente nuestra acción de gracias al Señor, "por  todo lo que nos ha otorgado en estos años desde el momento de la fundación de los Institutos hasta hoy", pero también hemos de reconocer nuestra fragilidad  en corresponder. Hemos tenido que darnos cuenta y pedir perdón, para comenzar un camino de "renacimiento". como muy bien nos decía entre otras cosas,  en su carta, Don Vito Fracchiola. 
Pedimos al Señor nos ayude a saber corresponder al gran don de esta vocación que hemos recibido



Jueves Santo


En este día del amor fraterno expresamos un gran deseo: 
que en estos días en que experimentamos la generosidad 
en la entrega de tantas personas descubramos 
las huellas del amor de Dios en los ciudadanos de buena voluntad

"SEMANA SANTA EN CASA"

9 de abril


martes, 7 de abril de 2020

Martes Santo

En medio de esta pandemia muchos se abran enfadado con Dios, preguntándole dónde está, porqué no acaba con este dolor. 

Es momento ahora de no darle la espalda. De no negarle ni tres, ni treinta veces.

Él está a tu lado, sufriendo contigo.

                                                  SEMANA SANTA EN CASA

7 de abril


lunes, 6 de abril de 2020

domingo, 5 de abril de 2020

Intención del Papa - mes de abril


Domingo de Ramos

Hoy, Señor, ha comenzado nuestra Semana Santa. Otros años los niños acompañaban la procesión recordando tu entrada triunfal en Jerusalén, pero  tu imagen no ha paseado las calles de las ciudades y pueblos de España,  ni de la mayor parte de los países del mundo, hoy, un virus que se ha extendido por el mundo con millares de contagiados y muertos, nos tiene en casa.
Tal vez era lo que necesitábamos para vivir contigo tu Pasión y llegar a la Resurrección. Este año nuestra Semana Santa la vivimos en el interior de nuestras casas, añorando la alegría de los niños acompañándote, pero pienso que nunca ha sido tan triunfal tu entrada pues has entrado en nuestros corazones, las celebraciones las hemos seguido por TV o radio, los templos se ven vacíos pero no estaban vacíos, pues estábamos allí presentes con nuestro deseo. A muchos nos ha cogido sin tener nuestra rama de olivo o nuestra palma para que se pudiese bendecir, pero si hemos tenido palma, la hemos hecho para tener el signo de lo que estamos viviendo, la entrada a esta Semana Santa, que en ocasiones nos hemos olvidado de ti y hemos viajado, alejándonos del bullicio de las procesiones, o buscando un descanso y cambio de lugar. 
Tú, sin embargo, no nos dejas, estás acompañando las soledades de los enfermos en los hospitales, junto a los que partirán a la Casa del Padre, y has puesto ángeles que cuidan de nosotros en hospitales, limpieza, farmacia, tiendas de alimentación, ejercito, que se afanan en montar hospitales de campaña, para que todos los enfermos tengan cabida y no se descarte a nadie; la solidaridad ha estado más patente que nunca, prestando servicios, supliendo la falta de material de protección y en muchos hogares se ha estado fabricando mascarillas,  y hay otras personas de buena voluntad que han enviado respiradores y equipos de protección. 
Enumerar las muestras de solidaridad es imposible sin dejarnos alguna. Tú estás en medio de nosotros alentándonos en nuestros esfuerzos. Los niños aguantan su encierro, algún escritor que hace cada día un cuento para hacer mas llevadero el encierro a los más pequeños, personas que animan con sus cantos o la interpretación de obras musicales. ¿Como sería posible este derroche de generosidad si no estuvieses en estos momentos con nosotros? Nosotros cuando nos va bien te dejamos, pero tú Señor te quedas en los momentos más difíciles en medio de nosotros. 
¡HOSANNA EN EL CIELO; BENDITO EL QUE VIENE EN EL NOMBRE DEL SEÑOR!

Rosa María Córdoba Molina

5 de abril


sábado, 4 de abril de 2020

4 de abril día natalicio de nuestro Fundador

Hoy 4 de abril, la Familia Paulina celebra que fue el día del nacimiento del Beato Alberione, fundador de una extensa familia, como en otras ocasiones hemos relatado. 

Damos gracias a Dios por su vida y protección, y por el cuidado que tenía con todos los miembros de la incipiente Familia.

Y por recibir y acoger la llamada de llevar la Palabra de Dios a todos los hombres, con los medios de cada momento a todos los hombres.

Seguramente hoy se comunicaría a través de todas las redes sociales, además de cine, audios, etc, pues él sabía que estos medios son con los que nos comunicamos, y el quería que Dios llegase a todos los lugares, a todos los rincones, a todos los hombres con los medios con los que normalmente nos comunicamos.

Hoy se ha retransmitido, a través de Facebook y YouTube, el rezo del Santo Rosario desde la  Casa Generalicia de la SSP en Roma. Dicha retransmisión nos ha permitido unirnos en oración desde las diferentes  naciones donde hay presencia paulina.
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Que Él nos alcance la bendición del Señor para continuar su obra.
Rosa Mª  C. M.

Viernes de Dolores



Este Viernes de Dolores lo hemos vivido de una forma especial, pues lo estamos viviendo dentro de una cuarentena, una soledad que nos aísla y confina en casa, lo que nos lleva a vivir este viernes más conscientemente, del dolor de la Madre, y sentimos en nuestra alma los dolores de nuestros hermanos que sufren en los hospitales y de sus familiares que no pueden estar con ellos. Pero María no ha faltado a la vera de sus hijos, como estuvo al pie de la Cruz de su divino Hijo, y los ha presentado al Padre, sufre nuestros dolores y conoce bien este dolor. 
A ella le pedimos amparo y salud para los enfermos, y que sepamos poner al pie de la cruz, nuestros temores y esperanza, y sepamos quedarnos siempre  junto a la Madre, que nos auxilia y aviva nuestra esperanza.

4 de abril


Cuaresma 2020 - 4 de abril

PREPARA TU CORAZÓN Deja que esta Semana Santa no sea simplemente otra repetición de la misma historia. Vive con curiosidad y corazón abierto cada momento.