lunes, 31 de agosto de 2020

SONETO: PALABRA, FUEGO ARDIENTE

La “inspiración viene”, hoy, de Jeremías (1 Lectura del domingo XXII). Al profeta le cuesta tanto desgaste anunciar la Palabra que ya no puede más… y de su boca sale un lamento, una queja: se siente “forzado” por Dios. El anuncio de Jeremías es duro (“violencia y destrucción”), pero más dura es aún la reacción (“todos se burlaban de mí”… “la Palabra se me volvió oprobio y desprecio todo el día”). Y Jeremías, desolado, llega a un propósito negativo: “ya no me acordaré de Él, ya no hablaré más en su nombre” (ya no seré “profeta”) – niega su vocación – Y de dentro – no postiza – le viene la respuesta. La Palabra es más fuerte que su queja: un fuego tan ardiente que no podía apagarlo… Buen modelo para ahondar en la “oración de queja” que, en estos días, sale con frecuencia de nuestra boca. 


Intentar apagar el fuego y no poder 
y dejarse abrasar por la Palabra: 
un espíritu nuevo así se labra 
y de tu vida haces nuevo amanecer. 

Como profeta te tienes que exponer, 
para que tu propio corazón se abra, 
sin temer cualquier reacción contraria 
que con sorna o burla intente tu traspiés. 

Profeta de vida en tiempos de muerte: 
poner horizontes que ensanchan la luz 
y no dejar nuestra vida a su suerte 

es ofrecer a una tan gran multitud 
el gran gozo de un futuro viviente, 
aun sumidos en este trance de cruz. 

P. Pedro Jaramillo 
Parroquia de San Juan de la Cruz (Guatemala)

31 de agosto

 


domingo, 30 de agosto de 2020

SONETO: ¡ÁNIMO!

Siempre lo necesitamos, pero en tiempo de pandemia nos es imprescindible el ÁNIMO. El Papa Francisco lo recodaba en la Noche de la Vigilia Pascual: “Si en el camino eres débil y frágil, si caes, no temas, Dios te tiende la mano y te dice: «Ánimo”. Pero tú podrías decir, como don Abundio: «El valor no se lo puede dar uno a uno mismo» (A. Manzoni, Los Novios, XXV). No te lo puedes dar, pero lo puedes recibir como don. Basta abrir el corazón en la oración, basta levantar un poco esa piedra puesta en la entrada de tu corazón para dejar entrar la luz de Jesús. Basta invitarlo: “Ven, Jesús, en medio de mis miedos, y dime también: Ánimo”. Contigo, Señor, seremos probados, pero no turbados. Y, a pesar de la tristeza que podamos albergar, sentiremos que debemos esperar, porque contigo la cruz florece en resurrección, porque Tú estás con nosotros en la oscuridad de nuestras noches, eres certeza en nuestras incertidumbres, Palabra en nuestros silencios, y nada podrá nunca robarnos el amor que nos tienes (Homilía de la Vigilia Pascual, 11-4-20). “No te dejes vencer en la lucha - y verás que tus adentros se inflaman - y de Jesús un “¡ÁNIMO!” escuchas”. 


No es raro que el virus te haya tumbado 
y que tendido y por la tierra te encuentres; 
sin deseos ni de a ti mismo verte, 
porque de raíz tu vida ha cambiado. 

Y no ha sido a mejor que has pasado. 
Por el suelo está arrastrado tu vientre, 
de tus adentros la bilis se vierte 
y en el camino te encuentras echado. 

Pero es Jesús quien ahora te llama. 
Y si, cansados, tus oídos no escuchan, 
ahí va el aviso y tú échale ganas: 

No te dejes vencer en la lucha. 
Y verás que tus adentros se inflaman 
y de Jesús un “¡ÁNIMO!” escuchas. 

P. Pedro Jaramillo 
Parroquia San Juan de la Cruz (Guatemala)

30 de agosto

 


sábado, 29 de agosto de 2020

SONETO: HASTA QUE DESCANSE EN TI

Hoy es la fiesta de San Agustín. Su íntimo sentido de búsqueda inquieta nos viene bien avivarlo en este tiempo de pandemia. Nos recuerda el Papa Francisco: “Agustín no se encierra en sí mismo, no se acomoda, sigue buscando la verdad, el sentido de la vida, continúa buscando el rostro de Dios… no pierde la inquietud de la búsqueda espiritual. Y de este modo descubre que Dios lo esperaba… Desearía decir a quien se siente indiferente hacia Dios, hacia la fe, a quien está lejos de Dios o le ha abandonado, también a nosotros, con nuestros «alejamientos» y nuestros «abandonos» respecto a Dios, pequeños, tal vez, pero hay muchos en la vida cotidiana: mira en lo profundo de tu corazón, mira en lo íntimo de ti mismo, y pregúntate: ¿tienes un corazón que desea algo grande o un corazón adormecido por las cosas? ¿Tu corazón ha conservado la inquietud de la búsqueda o lo has dejado sofocar por las cosas, que acaban por atrofiarlo? Dios te espera, te busca: ¿qué respondes? (Homilía, 28- 813). “Mejor te será el abrir horizontes - y de tu vida pensar a lo lejos - y así con Dios tu inquietud la confrontes” 

Aprende muchas cosas de este tiempo: 
cuando la inquietud te tiene copado 
y te sientes por la vida agitado, 
sin percatarte de a dónde va el viento. 

No te refugies en estéril lamento 
que el llanto te va a dejar agotado; 
al final te sentirás acabado 
y el sinsentido habrá ido en aumento. 

Mejor te será el abrir horizontes 
y de tu vida pensar a lo lejos, 
y así con Dios tu inquietud la confrontes 

No importarán tus errores añejos,
y sentirás que es posible el remonte, 
y del Descanso tendrás un bosquejo. 

P. Pedro Jaramillo 
Parroquia de San Juan de la Cruz (Guatemala)

29 de agosto

 


viernes, 28 de agosto de 2020

SONETO: SER LEVADURA

Podríamos pensar que nuestro esfuerzo personal, familiar y comunitario es muy poca cosa, sobre todo en este tiempo de pandemia, donde todo nos sobrepasa. Sobre la pequeñez de la levadura y el proceso de transformación que genera, recordaba el Papa Francisco: “la levadura no se mantiene levadura…; se mezcla con la harina, está en camino y hace el pan»; … «la levadura muere: se mezcla con la harina y se convierte en pan para todos, comida para todos....». “No se trata de «un problema de pequeñez», … Es, más bien, «un problema de camino», y precisamente en el camino «sucede la transformación»…: «la harina deja de ser harina y se convierte en pan, porque es dócil a la fuerza de la levadura»; y aún más: «la levadura se deja amasar con la harina». Y aunque «la harina no tiene sentimientos», podríamos pensar que en ese «dejarse amasar» se dé «algún sufrimiento», así como, después, en el «dejarse cocer» (Homilía 25-10.16). “Si piensas no tener envergadura, - a Quien te ama, tu pequeñez ofrece - y sus manos te harán ser LEVADURA”. 

En medio del dolor y el sufrimiento 
algo más hay que hacer que resignarse; 
aunque rodeado estés por todas partes, 
de aullidos desesperados sin cuento. 

En tu interior no encontrarás contento 
sin el coraje de abrirte hacia adelante; 
y, valiente, atreverte a preguntarte 
qué espera Dios de ti en este momento. 

Si piensas no tener envergadura, 
a Quien te ama, tu pequeñez ofrece, 
y sus manos te harán ser LEVADURA. 

Sentirás cómo tus fuerzas se acrecen. 
Y tendrás por una grande cordura 
que lo pequeño en todos reflorece. 

P. Pedro Jaramillo 
Parroquia de San Juan de la Cruz (Guatemala)

28 de agosto

 


jueves, 27 de agosto de 2020

SONETO: LÍBRANOS DEL MAL

“En estos tiempos de pandemia, el misterio del mal se agranda. El “líbranos”, nos sale de la boca y del corazón. Y es que como recordaba el Papa Francisco, “con esta doble súplica: «no nos abandones» y «líbranos», se expresa una característica esencial de la oración cristiana. Jesús enseña a sus amigos a poner la invocación del Padre delante de todo, … La oración cristiana no cierra los ojos a la vida. Es una oración filial, pero no infantil. No está tan prendada de la paternidad de Dios, como para olvidar que el camino del hombre está plagado de dificultades. Si no estuvieran los últimos versículos del Padre Nuestro ¿cómo podrían rezar los pecadores, los perseguidos, los desesperados, los moribundos? … Hay un mal en nuestra vida, que es una presencia inexpugnable. Los libros de historia son el desolador catálogo de que nuestra existencia en este mundo ha sido una experiencia fallida. Hay un mal misterioso, que, cierto, no es obra de Dios, pero que penetra silencioso en los pliegues de la historia. … En algún momento parece que lleva la ventaja: en ciertos días su presencia parece incluso más nítida que la de la misericordia de Dios” (Audiencia, 15-5-19). “Por eso a Dios rogamos que nos libre - de esa otra cruel pandemia que nos ata; - y que del Mal nos haga más sensibles”. 

Testigos somos del Mal que nos invade, 
un mal que, sin pensarlo, nos absorbe, 
y nos deja, sin sentirlo, en el borde, 
de que sin darnos cuenta nos degrade. 

Aunque poco a nosotros nos agrade 
y, a pesar de que mucho nos estorbe, 
muy arraigado está por todo el orbe 
y origen es de todas las maldades. 

Por eso, a Dios rogamos que nos libre 
de esa otra cruel pandemia que nos ata; 
y que del Mal nos hace hasta insensibles. 

No solo por sufrir cómo nos mata; 
también desde una apuesta más creíble 
por Aquel que nos libera y nos salva. 

P. Pedro Jaramillo 
Parroquia de San Juan de la Cruz (Guatemala)

27 de agosto


 

miércoles, 26 de agosto de 2020

SONETO: LA TENTACIÓN

En este tiempo de pandemia, mucha gente piensa que es el mismo Dios quien nos mete en estas pruebas (en estas tentaciones). Escuchemos al Papa Francisco que nos dice: “De cualquier modo que se entienda el texto griego, debemos excluir que sea Dios el protagonista de las tentaciones… Como si Dios estuviese al acecho para poner trampas … a sus hijos. Una interpretación de este tipo… está lejos de la imagen de Dios que Jesús nos reveló. No olvidemos: el Padre Nuestro comienza con “Padre”. Y un padre no pone trampas a sus hijos. Los cristianos no tienen nada que ver con un Dios envidioso, en competencia con el hombre, o que disfruta poniéndolo a prueba… Leemos en la Carta de Santiago: «Ninguno, cuando sea probado, diga: “es Dios quien me prueba”; porque Dios ni es probado por el mal ni él prueba a nadie»» (1, 13). Al contrario: el Padre no es el autor del mal, a ningún hijo que pide un pez le da una culebra (cf. Lucas 11, 11) ... Cuando el mal aparece en la vida del hombre, Dios lucha contra él, al lado del hombre, para que pueda ser liberado. Un Dios que siempre lucha por nosotros, no contra nosotros. ¡Él es el Padre!” (Audiencia, 1-5-19). “Dios es quien en la tentación sostiene - para evitar nuestras caídas locas - y así ver cómo fieles nos mantiene”.


Y la pandemia nos ha desnudados, 
ante nosotros nos ha puesto de frente, 
pues que amenazando incluso la mente, 
sin respiro todos hemos quedado. 

Y en el adentro hemos sido tentados 
a que la falta de esperanza aumente,
 y a que nuestro flojo interior no ahuyente 
encontrarnos perdidos y asustados. 

No es Dios que a la tentación nos aboca; 
de nuestra débil condición nos viene 
y al interior nos mete la zozobra. 

Dios es quien en la tentación sostiene 
para evitar nuestras caídas locas 
y así ver cómo fieles nos mantiene. 

P. Pedro Jaramillo Rivas 
Parroquia de San Juan de la Cruz (Guatemala)

26 de agosto

 

martes, 25 de agosto de 2020

SONETO: PERDONA NUESTRAS OFENSAS

“El cristiano que reza pide a Dios, ante todo, que le perdone sus ofensas y sus pecados, el mal que hace. Esta es la primera verdad de cada oración: aunque fuéramos personas perfectas, aunque fuéramos santos cristalinos que no se desvían nunca de una vida de bien, somos siempre hijos que le deben todo al Padre. La actitud más peligrosa de toda vida cristiana es el orgullo. Es la actitud de quien se coloca ante Dios pensando que siempre tiene las cuentas en orden con Él: el orgulloso cree que todo lo hace bien. Es la gente que se siente perfecta, la gente que critica a los demás, es gente orgullosa. Ninguno de nosotros es perfecto, ninguno” (Audiencia 17-4-19). Pensándolo bien, la invocación podría limitarse a esta primera parte, ¡sería bonita! Pero Jesús la une con una segunda expresión que hace un todo con la primera. La relación de benevolencia vertical de parte de Dios se refleja y está llamada a traducirse en la nueva relación que vivimos con nuestros hermanos: una relación horizontal… Las dos partes de la invocación están unidas por una conjunción inapelable: perdona nuestras ofensas “como” nosotros perdonamos a nuestros amigos, a la gente que vive con nosotros, a nuestros vecinos, a las personas que nos han hecho algo que no era agradable” (Audiencia, 17-4-19). “Pero a lo claro te pide una cosa: - Que a quien te haya ofendido tú lo perdones - sin el rencor de echarle encima una losa”. 


No es masoquismo que pecador te sientas, 
ni es disfrutar de echarte tú las culpas
 de que en este tiempo tantas se juntan, 
si prudencia y alma no tienes dispuestas. 

Te perdona Dios, abriéndote puertas 
y no forzando que lleves la lupa 
para con Él entablar la disputa 
de si te pasaste más de la cuenta 

Pero a lo claro te pide una cosa: 
que a quien te haya ofendido, tú lo perdones 
sin el rencor de echarle encima una losa.

A tus feas rencillas no te abandones: 
quien sin quitarlas pedir perdón osa 
hace que el odio entre todos se abone.

P. Pedro Jaramillo Rivas. 
Parroquia de San Juan de la Cruz (Guatemala)

25 de agosto

 

lunes, 24 de agosto de 2020

SONETO: EL PAN DE CADA DÍA

Los costos sociales que está teniendo la pandemia son enormes. A los ya pobres está añadiendo multitudes de empobrecidos. Nos hará bien escuchar del Papa Francisco: “Imaginemos esta oración rezada no en la seguridad de un apartamento cómodo, sino en la precariedad de una habitación en la que uno se las arregla, donde falta lo necesario para vivir. Las palabras de Jesús adquieren una nueva fuerza. La oración cristiana … parte de la realidad, del corazón y de la carne de las personas que viven en necesidad… Y «pan» vale también para el agua, las medicinas, el hogar, el trabajo... Pedir lo necesario para vivir. El pan que el cristiano pide en oración no es «mío», sino «nuestro». Esto es lo que quiere Jesús. Nos enseña a pedirlo no solo para nosotros… Si no se reza de esta manera, el Padre Nuestro deja de ser una oración cristiana… Si el pan que Él nos da nos lo robamos entre nosotros ¿cómo podemos llamarnos hijos suyos? Esta oración contiene una actitud de empatía, una actitud de solidaridad” (Audiencia, 27-3-19). “Para que el “dánoslo hoy” Dios lo cumpla - con grande presteza dale tus manos: - verás de cuánta alegría te inundas”. 


El pan que a tantísima gente falta 
para almacenarlo no lo pretendas: 
no es de comida tener las prebendas, 
cuando el hambre con furia a otros asalta. 

Rico y abundante tener no te exalta, 
aunque retenido mucho mantengas. 
Más sabio es si de veras te arriesgas: 
que cada día con todos compartas. 

Para que el “dánoslo hoy” Dios lo cumpla 
con grande presteza dale tus manos: 
verás de cuánta alegría te inundas. 

Te llegarás a sentir como hermano:
te darás cuenta ser Dios quien te infunda 
cada día un corazón más humano. 

P. Pedro Jaramillo 
Parroquia San Juan de la Cruz (Guatemala)

24 de agosto

 

sábado, 22 de agosto de 2020

SONETO: TU VOLUNTAD

La pandemia que estamos viviendo no es fruto de la “voluntad de Dios”. La pandemia la sufrimos como un mal (en medio de tantos otros) que no responde al querer de Dios. Comentaba el Papa Francisco en sus catequesis sobre el Padre Nuestro: “Dios no es ambiguo, no se esconde detrás de enigmas, no ha planeado el futuro del mundo de una manera indescifrable. No, Él es claro. … Dios con su amor llama a la puerta de nuestro corazón ¿Por qué? Para atraernos, para atraernos a Él y llevarnos adelante por el camino de la salvación … ¡Cuánto amor hay detrás de todo esto!... Así, el rezar «hágase tu voluntad», no es una invitación a bajar servilmente la cabeza, como si fuéramos esclavos. ¡No! Dios nos quiere libres; y es su amor el que nos libera. … ¡Ay de nosotros sí, al pronunciar estas palabras, nos encogiéramos de hombros y nos rindiéramos ante un destino que nos repugna y que no conseguimos cambiar! … Una oración valiente, incluso combativa, porque en el mundo hay muchas, demasiadas realidades que no obedecen al plan de Dios… Tiene sentido obedecer a este Dios y abandonarse a Él, incluso en la hora de la prueba más dura (Audiencia del 20-3-19). “Sin en el amor, nos quedamos muy cortos. – Cuando solo el “cumplo-y miento” interesa, - el corazón se nos queda muy roto”. 

Con la voluntad de Dios nos liamos  
y de cabeza nos dan los quebrantos, 
pues que no salimos de nuestro espanto, 
cuando los males a Dios achacamos.

Que la voluntad de Dios acojamos 
verdad es que puede sacarnos llantos. 
Pero no es para probar cuánto aguanto: 
expresar es cuánto todos La amamos. 

Sin en el amor, nos quedamos muy cortos. 
Cuando solo el “cumplo-y-miento” interesa, 
el corazón se nos queda muy roto. 

En esta fea pandemia e intensa, 
preferible es pensar “qué es lo que aporto” 
al Dios que, en Jesús, nos abre las puertas. 

P. Pedro Jaramillo 
Parroquia de San Juan de la Cruz (Guatemala)

23 de agosto

 

SONETO: VENGA TU REINO

Vivimos un momento de crisis de valores. La pandemia está sacando a la luz muchos egoísmos personales y sociales. Hay un “sálvese quien pueda” doloroso que no presagia un real avance en el bien vivir. Sobre esta petición del Padre Nuestro decía el Papa Francisco: “Jesús ha venido. Pero el mundo todavía está marcado por el pecado, poblado por mucha gente que sufre, por personas que no se reconcilian ni perdonan, por guerras y por muchas formas de explotación… Todos estos hechos son una prueba de que la victoria de Cristo aún no se ha realizado por completo: muchos hombres y mujeres todavía viven con el corazón cerrado. En medio de todas estas situaciones… brota de los labios del cristiano: «¡Venga a nosotros tu Reino!». Que es como decir: «¡Padre, te necesitamos!, ¡Jesús te necesitamos! ¡Necesitamos que en todas partes y para siempre seas Señor entre nosotros!». «Venga a nosotros tu Reino, ven en medio de nosotros» (Audiencia del 6-3-19). “Al pedir a Dios que su Reino venga, - con la sincera oración no nos basta - con nuestro empeño Él también cuenta”. 


No puede el virus valores quitarnos, 
pues que no podemos por dentro sentir 
que en los adentros nos podamos mentir 
y muy vacíos del todo quedarnos. 

Si muy de verdad queremos amarnos, 
preocupados por lo que pueda ocurrir, 
de los valores no podremos huir y,
muy tranquilos, de brazos cruzarnos. 

Al pedir a Dios que su Reino venga, 
con la sincera oración no nos basta; 
con nuestro empeño Él también cuenta. 

Lo que esperamos, a todos ya arrastra 
y lo que aún sigue siendo promesa 
con Jesús, nuestra esperanza lo alcanza. 

P. Pedro Jaramillo. 
Parroquia de San Juan de la Cruz (Guatemala)

106 años de la Sociedad de San Pablo

 El pasado 20 de Agosto ya dimos noticia  de que celebrábamos el 106 aniversario de la Fundación de la Sociedad de San Pablo. Hoy compartimos con vosotros este vídeo. Gracias por vuestra atención.


22 de agosto

 

jueves, 20 de agosto de 2020

SONETO: SU NOMBRE Y NUESTROS NOMBRES

¡Cuántas veces estamos invocando en “nombre de Dios” en estos tiempos de pandemia…! Y ¡cuántos nombres de tantos cercanos y lejanos están saliendo de nuestros labios: súplica, intercesión, agradecimiento… desde el cariño y la amistad! El Papa Francisco hacía estos apuntes del “santificado sea tu nombre”: “que su nombre sea santificado en nosotros, en nuestra familia, en nuestra comunidad, en el mundo entero. Es Dios quien nos santifica, quien nos transforma con su amor, pero, al mismo tiempo, también somos nosotros quienes, a través de nuestro testimonio, manifestamos la santidad de Dios en el mundo, haciendo presente su nombre. Dios es santo, pero si nosotros, si nuestra vida no es santa, hay una gran incoherencia. La santidad de Dios debe reflejarse en nuestras acciones, en nuestra vida. “Yo soy cristiano, Dios es santo, pero yo hago tantas cosas malas”; no!, esto no vale. Esto también hace daño, esto escandaliza y no ayuda” (Audiencia, 27-2-19). “Que santificado sea le rogamos: - no para ejercer sobre Él el dominio - ni porque santo nosotros lo hagamos”. 


¡Qué adentro el anonimato nos hiere! 
Y ¡qué triste a números ser reducidos! 
Nuestro nombre es mucho más que un sonido 
Y quien por nombre nos llama, nos quiere. 

El de Dios, nombre es que nunca se muere
y en nuestro corazón se queda prendido. 
En estos momentos tan doloridos 
a nuestro adentro con fuerza se adhiere. 

Que santificado sea le rogamos: 
no para ejercer sobre Él el dominio 
ni porque santo nosotros lo hagamos. 

Pedir es más bien con todo cariño 
que en estos tiempos tan duros y aciagos 
Para todos sea SU NOMBRE cobijo. 

P. Pedro Jaramillo 
Parroquia de San Juan de la Cruz (Guatemala)

21 de agosto

 

106 aniversario de la SSP

Hoy, 20 de agosto de 2020, es el 106 aniversario de la Fundación de la Sociedad de San Pablo, y el comienzo de la Familia Paulina. Es una celebración, en la que nuestro medio de unión para celebrarla, es la oración y la participación en la Eucaristía, cada uno en el lugar donde estamos desarrollando nuestro apostolado, pero sin reuniones como en otras celebraciones ha habido, pues responsablemente, guardamos las debidas medidas de prevención y distanciamiento social, no sólo con la intención de protegernos, sino también y muy importante, proteger a los demás. Así pues, por medio de la oración nos hemos unido  en acción de gracias a Dios, porque Él no nos ha dejado nunca de su mano, a la vez que miramos hacia el futuro confiados en que Él no abandonará la obra de sus manos.Y, aunque sintamos que la misión que Él nos ha encomendado es grande, pedimos confiados en el Señor, como en su carta nos dice el Padre Valdir José de Castro, superior General de la Sociedad de San Pablo, las fuerzas necesarias para afrontar con sensatez y creatividad necesarias para afrontar los retos de la vida y la misión paulina en este tiempo atribulado a causa de la pandemia de COVID 19.                     También nos ha instado a recorrer juntos este camino a la Luz de la Palabra de Dios y la Eucaristía, y nos deseaba  " Feliz fiesta, y siempre adelante,  tras las huellas de San Pablo y del Beato Santiago Alberione"


 

SONETO: ¡PADRE NUESTRO!

Invitados por el Papa, en este tiempo de pandemia, rezamos un día un “Padrenuestro universal”… ¡Cuántas veces sale a diario de nuestros labios como la oración más sencilla a la que recurrimos en dos direcciones: a) para entrar nosotros mismos en el misterio de Dios y b) para “interceder” con la misma oración de Jesús por todos los que de una manera u otra están sufriendo las consecuencias de la pandemia. Les voy a compartir el PADRENUESTRO en una serie de sonetos. Con la finalidad nos decía el Papa, de que “no lo recemos como cotorras”. Ojalá que esta serie nos valga en las dos direcciones señaladas. Sobre la invocación “Padre” -”abbá” en arameo -, nos recordaba el Papa Francisco: es la invocación “que condensa toda la novedad del Evangelio. Después de haber conocido a Jesús y de escuchar su predicación, el cristiano ya no considera a Dios como un tirano a quien temer, no le tiene miedo, sino que siente cómo en su corazón florece la confianza en Él: puede hablar de su Creador llamándolo “Padre” (Audiencia General, 16-1-19). “En el “Padre” encontraremos la holgura, - y en el alma nos poseerá la quietud - de que Él es “nuestro”, y nos da la bravura”. 


El espacio se nos queda pequeño 
para invocar a Aquel que queremos; 
pues que, a veces, ni nosotros sabemos 
algo más que fruncir nuestro ceño. 

Bastante más eres que un seco leño, 
y llenar puedes tu alma de anhelos; 
necesitado como estás de consuelo, 
a tu invocar debes unir el empeño. 

Si lo quieres hacer con gran amplitud, 
para sentir en tu vida la anchura, 
nunca de los cielos pierdas la altitud. 

En el “Padre” encontraremos la holgura; 
y en el alma nos poseerá la quietud 
de que Él es “nuestro”, y nos da la bravura. 

P. Pedro Jaramillo 
Parroquia de San Juan de la Cruz (Guatemala)

20 de agosto

 

miércoles, 19 de agosto de 2020

SONETO: TU GUARDIÁN NO DUERME

Más que nunca, en este duro tiempo, necesitamos que Alguien cuide de nosotros, que “nos guarde”. Tantas veces Dios mismo lo hace a través de nuestra familia, de nuestros amigos, de todo el que nos tiende la mano. Mucha gente “ayuda a Dios” a ser “guardián” en estos momentos difíciles. El soneto de hoy se inspira en el Salmo 120. De él dijo Benedicto XVI “es un Salmo de confianza, pues en él resuena en seis ocasiones el verbo hebreo «shamar»: «custodiar», «proteger», “guardar”. Dios, cuyo nombre se evoca repetidamente, aparece como el «guardián» siempre despierto, atento y lleno de atenciones, el centinela que vela por su pueblo para defenderlo de todo riesgo y peligro” (Audiencia, 4.5.05). “Y si elevas tus ojos hacia arriba, - sentirás que tu Guardián no se duerme, - pues que Él guarda tus entradas y salidas”. 


Tentación grande es cansarse de esperar 
y disponerse a tirar la toalla, 
por nuestras vidas tener encalladas 
en este oscuro y horrible barrizal. 

No será posible intentar animar 
una muy firme esperanza y con talla, 
si abierta no dejarás tu ventana, 
por la que el rayo de luz quiere pasar. 

Y si elevas tus ojos hacia arriba, 
sentirás que tu Guardián no se duerme, 
pues guarda Él tus entradas y salidas. 

Y aunque tú te consideres inerme, 
notarás que en el hondón de tu vida 
Alguien espera que en Él tú te injertes. 

P. Pedro Jaramillo 
Parroquia de San Juan de la Cruz (Guatemala)

19 de agosto


martes, 18 de agosto de 2020

SONETO: PORQUE TÚ VAS CONMIGO

La inspiración viene del Salmo 23. Necesitamos en estos tiempos duros afianzar la confianza en la guía de Jesús- Pastor. Lo expresaba hermosamente el Papa Benedicto XVI: “quien va con el Señor, incluso en los valles oscuros del sufrimiento, de la incertidumbre y de todos los problemas humanos, se siente seguro. “Tú vas conmigo”: esta es nuestra certeza, la certeza que nos sostiene. La oscuridad de la noche da miedo … Sin embargo, el orante avanza seguro, sin miedo, porque sabe que el Señor está con él. Aquel «tú vas conmigo» es una proclamación de confianza inquebrantable, y sintetiza una experiencia de fe radical: la cercanía de Dios transforma la realidad, el valle oscuro pierde toda peligrosidad, se vacía de toda amenaza. El rebaño puede ahora caminar tranquilo, acompañado por el sonido familiar del bastón que golpea sobre el terreno e indica la presencia tranquilizadora del pastor” (Audiencia del 5-10-11). “Mas las cañadas oscuras no temo, - pues que Tú siempre caminas conmigo - y contigo los temores los freno”. 


Las cañadas se nos han vuelto oscuras 
y de miedos fácil somos la presa, 
porque difícil y dura es la empresa 
de aguantar aquesta densa negrura. 

Con sensación de perder las anchuras, 
las entrañas se nos quedan muy tiesas, 
y con fuerza nuestras ansias no cesan 
de anhelar ante nosotros la holgura. 

Mas las cañadas oscuras no temo. 
pues que Tú siempre caminas conmigo 
y contigo los temores los freno. 

Pues que tú eres mi pastor y mi amigo 
y de mi barca tú llevas el remo, 
aleja de mí el inútil quejido. 

P. Pedro Jaramillo 
Parroquia de San Juan de la Cruz (Guatemala)

18 de agosto


lunes, 17 de agosto de 2020

SONETO: YO NUNCA TE OLVIDARÉ

Duro es sentir si no el olvido, sí el “distanciamiento” amoroso de quienes queremos. Pero el tiempo de pandemia, con el encierro y el distanciamiento, podría provocar una difusa sensación de olvido por parte, incluso, de los más cecanos. El soneto, hoy, me lo inspira Isaías 49,15. El Papa Francisco se lo proponía a los jóvenes como una de las imágenes entrañables del amor de Dios: “En su Palabra encontramos muchas expresiones de su amor. Es como si Él hubiera buscado distintas maneras de manifestarlo para ver si con alguna de esas palabras podía llegar a tu corazón. A veces, se presenta cargado del amor de esas madres que quieren sinceramente a sus hijos, con un amor entrañable que es incapaz de olvidar o de abandonar: «¿Acaso olvida una madre a su niño, sin enternecerse con el hijo de sus entrañas? Pues, aunque ella se olvidara, yo no te olvidaré». “Al quererse nuestro buen Dios comparar, - con la madre encuentra semejanza: - a sus hijos jamás los podrá olvidar”. 


En tiempo difícil nos vemos perdidos 
y en nuestros adentros han aflorado 
angustia y miedo que nos han atrapado 
dejándonos el corazón malherido. 

¡Cómo nos duele sufrir el olvido 
que en este desierto nos deja colgados 
sin poder siquiera estar arropados 
por el abrazo de los seres queridos! 

Al quererse nuestro buen Dios comparar, 
con la madre encuentra la semejanza: 
que a sus hijos jamás los podrá olvidar. 

Que en ti vuelva a renacer la esperanza: 
nunca olvidado te podrá dejar el Padre 
en quien has puesto tu confianza. 

P. Pedro Jaramillo 
Parroquia de San Juan de la Cruz (Guatemala)

17 de agosto


domingo, 16 de agosto de 2020

SONETO: PRÓDIGOS

En tiempo de pandemia necesitamos tener asideros fuertes. Cuando todo se nos tambalea, nos puede agarrar una desesperanza interior que nos desubica por completo. El soneto de hoy tiene como trasfondo la “parábola del hijo pródigo” o, mejor, del “Padre misericordioso”. Así la veía el Papa Francisco: “Esta palabra de Jesús nos alienta a no desesperar jamás. Pienso en las madres y padres preocupados cuando ven a los hijos que se van por caminos peligrosos… Pienso también en quien se encuentra en la cárcel, y le parece que su vida ya llegó a su final; en quienes han hecho opciones equivocadas y no logran mirar hacia el futuro; en todos aquellos que tienen hambre de misericordia y de perdón y creen no merecerlo... En cualquier situación de la vida, no debo olvidar que no dejaré nunca de ser hijo de Dios, hijo de un Padre que me ama y espera mi regreso. Incluso en la situación más fea de la vida, Dios me espera y quiere abrazarme” (Audiencia del 11-5-16). “Nos empuja a encontrar muy dentro el amor - y el estrecho abrazo que no tiene igual - del Padre que espera con paciencia y perdón”. 


Un desastre inesperado nos ha abierto 
los ojos que teníamos tan cerrados: 
de pronto nos hemos visto exiliados 
cambiado nuestro interior en desierto. 

Grandes heridas se han descubierto
en corazones del todo asustados, 
que de sí mismos se han visto alejados, 
despistados por tan gran desconcierto.

Muy aquejados por difusa orfandad, 
de soledad nos ha entrado el temor
y una vuelta interior ansiamos lograr. 

Nos empuja a encontrar muy dentro el amor 
y el estrecho abrazo que no tiene igual 
del Padre que espera con paciencia y perdón. 

P. Pedro Jaramillo 
Parroquia de San Juan de la Cruz (Guatemala)

16 de agosto


sábado, 15 de agosto de 2020

COMPARTIENDO MI ALEGRÍA

 Queridas hermanas Anunciatinas de todo el mundo.Y no os extrañéis de que os diga queridas sin conocernos, porque el hecho de tener un mismo pensar y sentir dentro de un Instituto como el nuestro, cuyo carisma es “Llevar a Dios a los hombres de hoy con los medios de comunicación de hoy”, me hace sentirme mas cerca de vosotras.
Ya hace años yo estaba buscando algo sin saber como y donde encontrarlo, cuando por medio de mi hermana Rosa María, a la que conocéis, empecé a ir a los Ejercicios Espirituales del Instituto al que ya pertenecía ella, pues yo había dejado de hacerlos hacía tiempo, y eran una de las cosas que echaba de menos.
Por no cansaros mucho, reduciré un poco todo. El contacto con las hermanas, su forma de vida, entrar en la capilla donde María Reina de los Apóstoles, nos saludaba con su Hijo en brazos, la formación que seguían, la dirección de nuestro Delegado en aquellos años, y el hecho de que nadie me encauzara en una dirección, y me dejaran decidir, hizo que después de mucho pensar diera el paso para entrar en el Instituto.
El año 2000 hice mi profesión perpetua, y sigo muy contenta hasta hoy. Tengo siempre presente a Jesús Maestro, Camino, Verdad, y Vida, y a María, su Madre y la nuestra. Y siguiendo con la Catequesis Paulina, que es donde todos debemos beber.
Sé que no es sólo a nuestro Instituto donde llega nuestro blog, pero creo que si no me hubiera decidido a dirigirme a vosotras, no hubiera sido capaz de hacerlo. Espero que los demás me dispensarán. Pero también están presentes.
Y ya no os canso, solo os pido vuestras oraciones, para que no decaiga mi ánimo en ningún momento. Un fuerte abrazo         
Teresa Córdoba Molina


25 aniversario en nuestro Instituto

Hoy día de la Asunción de la Virgen Maria, varías anunciatinas españolas celebran hoy su aniversario del primer SI pronunciado en su consagración religiosa dentro del Instituto Paulino de Vida Secular Consagrada Virgen de la Anunciación, pero hoy especialmente destacaremos el 25 aniversario de  Teresa Córdoba Molina que, en este año tan anómalo en el que no nos reunimos la  Familia Paulina como hemos hecho otros años, en los que hemos celebrado con júbilo las bodas de  plata o de oro de miembros de Sociedad de San Pablo y anunciatinas, no podemos reunirnos por cuidarnos los unos a los otros.
Pero gracias a Dios no está sola, pues está presente nuestro Señor a quien ella dijo Si, sus hermanas de sangre y vocación y la compañía, con las oraciones de la Familia Paulina, así como de la Comunidad de Religiosas Carmelitas en Daimiel y de los Religiosos Pasionistas del Convento del Cristo de la Luz, también de Daimiel, y otras comunidades religiosas. Dios nunca nos abandona, y no permite que este día tan importante en que celebramos nuestra entrega al Señor, y especialmente este 25 aniversario de Teresa,  falte la compañía si no física, al menos de la oración de quienes  apoyan y estimulan nuestra entrega aquí en nuestro pueblo y se alegran con nosotras,  y  en Madrid y demás ciudades donde  la Familia Paulina está presente. Gracias a quienes la acompañáis con la oración a ella, y a todas las anunciatinas en un día tan significativo en nuestra vida como miembros del Instituto Paulino de Vida Secular Consagrada, "Virgen de la Anunciación"

MUCHAS FELICIDADES TERESA 
Por estos 25 años de fidelidad , que Dios te bendiga y María Reina de los Apóstoles siga siendo siempre tu guía en el camino de seguimiento a Jesús

FELICIDADES  A PAQUI, MARÍA Y ROSA MARÍA
que también celebran hoy sus aniversarios.

SONETO: PLENO FINAL

En medio de la pandemia que nos tiene hondamente afligidos “en cuerpo y alma“, qué bueno sería que la fiesta de la Asunción de la Virgen nos ayudara también a ver “la salida” en cuerpo y alma (ni sólo en el cuerpo ni sólo en el alma. Una salida en plenitud). Así lo recordaba el Papa Francisco: “La realidad estupenda de la Asunción de María manifiesta y confirma la unidad de la persona humana y nos recuerda que estamos llamados a servir y glorificar a Dios con todo nuestro ser, alma y cuerpo. Servir a Dios solamente con el cuerpo sería una acción de esclavos; servirlo solo con el alma estaría en contradicción con nuestra naturaleza humana… Si hemos vivido así, en el alegre servicio a Dios, que se expresa también en un generoso servicio a los hermanos, nuestro destino, en el día de la resurrección, será similar al de nuestra Madre del cielo” (Ángelus, 15-8.18) “Corazón abierto a la vida total - y no enredado tan solo en el suelo - de María celebra su pleno final”. 


Los pies bien fijos tener en la tierra y, 

con ganas, nunca dejar de luchar 

es este tiempo que se ha tornado infernal 

y que tan graves tropiezos encierra. 


El peligro tiene de que te aferra 

a solo de tejas abajo mirar, 

sin que tus ojos quieran saber superar 

una visión que en ti mismo te encierra. 


La mirada también abrir hasta el cielo 

no es ajena a una mirada global 

y no es cuestión de simplista consuelo. 


Corazón abierto a la vida total 

y no enredado tan solo en el suelo 

de María celebra su pleno final. 


P. Pedro Jaramillo 

Parroquia de San Juan de la Cruz (Guatemala)

15 de agosto

 


viernes, 14 de agosto de 2020

SONETO: SEMILLA DE NUEVA VIDA

Necesitamos mantener viva la esperanza, que crece incluso desde las cenizas. El Papa Francisco, lo meditaba así: “Cada vez que tomamos parte de la Pasión del Señor, que acompañamos la pasión de nuestros hermanos, viviendo inclusive la propia pasión, nuestros oídos escucharán la novedad de la Resurrección: no estamos solos, el Señor nos precede en nuestro caminar removiendo las piedras que nos paralizan. Esta buena noticia hizo que esas mujeres volvieran sobre sus pasos a buscar a los Apóstoles y a los discípulos que permanecían escondidos para contarles: “La vida arrancada, destruida, aniquilada en la cruz ha despertado y vuelve a latir de nuevo” (Romano Guardini). Esta es nuestra esperanza, la que no nos podrá ser robada, silenciada o contaminada” (Meditación “un plan para resucitar”- Vida Nueva, 17-4- 20). “En brazos de María dejado inerte, - con aquel sacrificio voluntario - Jesús de NUEVA VIDA fue simiente”. 


Difícil es mantener la esperanza 

cuando todo tan oscuro se pone, 

y a tantos dolores el virus te expone 

Sin divisar una pronta mudanza. 


Precisas gran cantidad de templanza, 

pues que con ella abrirás horizontes y, 

por mucho que oscurezca la noche, 

oportunidad tendrás de bonanza. 


Detente en la oscuridad del Calvario: 

en la cruz nos impresiona una muerte 

con destino y valor comunitario. 


En brazos de María dejado inerte, 

con aquel sacrificio voluntario 

Jesús de NUEVA VIDA fue simiente. 


P. Pedro Jaramillo 

Parroquia de San Juan de la Cruz (Guatemala)

14 de agosto

 

jueves, 13 de agosto de 2020

SONETO: " A MÍ ME LO HICISTEIS"

Nos estamos jugando mucho con la actitud de nuestro corazón en estos tiempos recios con relación a los pobres, cuyo número la pandemia ha aumentado exponencialmente. El soneto está construido con un “tú” retórico, que no puede universalizarse… ¡Cuántos testimonios de auténtica solidaridad!. Pero nos es bueno recordar lo que el Papa Francisco decía refiriéndose específicamente a los enfermos, que se puede extender a todos los empobrecidos: “Sabiduría del corazón es salir de uno mismo hacia el hermano. A veces nuestro mundo olvida el valor especial del tiempo empleado junto a la cama del enfermo, porque estamos apremiados por la prisa, por el frenesí del hacer, del producir, y nos olvidamos de la dimensión de la gratuidad, del ocuparse, del hacerse cargo del otro. En el fondo, detrás de esta actitud, con frecuencia hay una fe tibia, que ha olvidado la palabra del Señor: “A mí me lo hicisteis” (Mensaje Jornada del Enfermo 2015). “A mí me lo hicisteis” cobra vigencia - con su fuerza, hoy, Jesús lo repite - Mas, a veces, no sentimos la urgencia”.


 El encierro saca a flote rarezas, 

y, por mucho que queramos vencerlas 

y a la luz de sanos criterios ponerlas, 

la desgana se nos trueca en pereza. 


Nos cerramos a mirar las pobrezas 

que a mucha gente les toca lamerlas. 

Y muy contentos por no padecerlas, 

para ni verlas volteamos cabeza. 


“A mí me lo hicisteis” cobra vigencia. 

Y, con su fuerza, hoy, Jesús lo repite. 

Mas, a veces, no sentimos la urgencia. 


Pídele que en tus entrañas habite 

el deseo de vivir la clemencia, 

que tu fea indiferencia erradique. 


P. Pedro Jaramillo 

Parroquia de San Juan de la Cruz (Guatemala)

13 de agosto

 

miércoles, 12 de agosto de 2020

SONETO: LA FE QUE SOSTIENE

Lo sabemos muy bien: la fe no es simplemente saber muchas verdades; es saber “apoyarse” en Alguien que sabemos que no falla. Como nunca, en este tiempo de pandemia necesitamos un piso fuerte en el que apoyar nuestros pies. Nos lo recordaba el Papa Francisco: “Señor, nos diriges una llamada, una llamada a la fe, que no es tanto creer que tú existes, sino ir hacia ti y confiar en ti … Nos llamas a acoger este tiempo de prueba como un tiempo de opción. No es el tiempo de tu juicio, sino el de nuestro juicio: el tiempo de discernir qué es lo que cuenta y qué lo que se esfuma, de separar lo que es necesario de lo que no lo es. Es el tiempo de redireccionar el rumbo de la vida hacia ti, Señor, y hacia los demás” (Oración del 27-3-20). “En momentos de una tan grande angustia, - ahondar en las raíces nos conviene - y oír lo que el interior nos anuncia”. 


El dolor se nos acerca implacable 

y nos dejan las dudas agotados; 

en lo hondo nos sentimos atrapados 

por un virus hasta ahora incontrolable. 


Nadie presume de ser intocable, 

y el corazón se nos queda arrugado 

ante tiempos que carecen de hado 

e ilusiones y sueños tiran al aire. 


En estos tiempos de tan grande angustia, 

ahondar en las raíces te conviene

 y escuchar lo que tu interior se anuncia. 


Sin miedo, pues que Jesús a ti viene 

y en tus adentros con fuerza te acucia

 a bucear en la fe que sostiene. 


P. Pedro Jaramillo 

Parroquia de San Juan de la Cruz (Guatemala)

12 de agosto

 

martes, 11 de agosto de 2020

11 de agosto


 

SONETO: SAMARITANOS

La reflexión de la parábola del buen samaritano se hace super-actual en el momento que vivimos. De ella dice el Papa Francisco: “Es una de las más hermosas del Evangelio. Se ha convertido, además, en un paradigma de la vida cristiana. Es el modelo de cómo debe actuar un cristiano… El samaritano, amando a su hermano como a sí mismo, muestra que ama a Dios con todo su corazón y con todas sus fuerzas y, al mismo tiempo, expresa verdadera religiosidad y plena humanidad… Ser capaz de tener compasión: esta es la clave. Esta es nuestra clave. Si no sientes compasión ante una persona necesitada, si tu corazón no se mueve, entonces algo está mal. Ten cuidado, tengamos cuidado. No nos dejemos llevar por la insensibilidad egoísta. La capacidad de compasión se ha convertido en la piedra de toque del cristiano, es más, de la enseñanza de Jesús” (Ángelus 14-7-19). “Es Jesús quien, hoy, nos mira de frente, - pues que nos quiere urgir el encargo - de que el virus nuestro amor acreciente”. 


 En la cuneta nos hemos quedado, 

pero no sufrimos las mismas heridas. 

Tenemos amenazada la vida, 

pero son bien diferentes los grados. 


Un recuerdo del buen samaritano, 

cuando en nosotros el recelo se anida 

y nos puede seducir la caída 

de retirar de la ayuda las manos. 


Muy fácil es que pasemos de largo, 

Y el corazón dejar indiferente, 

y tantos solos tragando lo amargo. 


Es Jesús quien, hoy, nos mira de frente, 

pues que nos quiere urgir el encargo 

de que el virus nuestro amor acreciente. 


P. Pedro Jaramillo 

Parroquia de San Juan de la Cruz (Guatemala)

lunes, 10 de agosto de 2020

SONETO: LA MANO QUE BUSCAMOS

La inspiración de hoy me la ha dado el texto evangélico de este domingo: Pedro que se hunde y busca LA MANO de Jesús. Los dos tercetos finales, ponen “la mano” como parte de nuestra súplica: “TU mano”; y como parte de la respuesta de Jesús: “MI mano”. La situación la ha descrito así el Papa Francisco, en el Ángelus de hoy: “Esta historia es una invitación a abandonarnos con confianza en Dios en todo momento de nuestra vida, especialmente en el momento de la prueba y la turbación. Cuando sentimos fuerte la duda y el miedo y parece que nos hundimos, no tenemos que avergonzarnos de gritar, como Pedro: «¡Señor, sálvame!». Llamar al corazón de Jesús ¡Es una bonita oración! Y el gesto de Jesús, tendiendo enseguida su mano, para agarrar la de su amigo, debe ser contemplado durante mucho tiempo: Jesús es esto: es la mano del Padre que nunca nos abandona; la mano fuerte y fiel del Padre, que quiere siempre y solo nuestro bien” (9-8-20). “Cuando el viento amenaza con hundirnos - y sentimos que nos lleva la marea, - TU mano la buscamos, aturdidos” 


En tiempos de tempestad y amargura,

de vida que se queda desabrida, 

es difícil de nuevo la subida 

porque el alma se sume en la negrura 


¡Cuánto cuesta quedarse en la espesura 

sin perder el sentido de la vida! 

Aunque dentro algo siempre nos convida 

a vencer los tropiezos con bravura. 


Cuando el viento amenaza con hundirnos

 y sentimos que nos lleva la marea, 

TU mano la buscamos, aturdidos 


Y MI MANO la encuentras 

y no afea el miedo que tuviste a ser barrido, 

afianzando tu fe para que creas. 


P. Pedro Jaramillo 

Parroquia de San Juan de la Cruz (Guatemala)