martes, 11 de junio de 2019

Reina de los apóstoles

El pasado sábado, 8 de Junio, en la casa de las Hijas de San Pablo en Carril del Conde, la Familia Paulina presente en Madrid, celebró la Eucaristía por la  Reina de los Apóstoles. Fue presidida por el Superior Provincial, P. Lázaro Gª Caso y concelebrada con numerosos sacerdotes Paulinos.
Le pedimos al P. Lázaro la Homilía, y ha tenido a bien compartirla, lo cual le agradecemos.

Hermanas y Hermanos, estimados todos:
Un año más, es María, nuestra Reina, Madre y Maestra la que nos convoca a reunirnos en oración, como Familia, para pedir a Dios que nos envíe su Espíritu, como hizo María con los discípulos y discípulas de Jesús, hace ya más de dos mil años. Hoy como entonces, nos encontramos a aquí, con María,  invocando al Espíritu para que nos libere de miedos y temores, y salgamos al mundo con libertad y mucha esperanza. Con María, llegaremos a buen puerto, que no es otro que el Reino de su Hijo Resucitado.
Conocemos más que de sobra el hincapié que nos hizo, y nos sigue haciendo el Fundador, en fomentar y cultivar siempre la devoción a María: “ Ella nos da siempre a Jesús, como una rama bien cuajada de frutos, que nos  ofrece a los hombres y mujeres, como sabroso alimento en la eucaristía, en el Camino, en la Verdad y en la Vida cotidianos. ” Sigue diciéndonos el P. Alberione: “Nuestra devoción a Jesús, Divino Maestro, se perfeccionará si la prepara y precede la devoción a María”. León XIII en la encíclica “Auxilio del pueblo cristiano” 1895, proponía que María fuese considerada Madre de la Iglesia, Maestra y Reina de los Apóstoles, a quienes comunicó las  palabras que conservaba en su corazón. Es muy probable que el Fundador tomara de este documento papal para adoptar la invocación a María como Reina de los Apóstoles, como se inspiró después el mismo Alberione para inculcarnos la devoción a Jesús Maestro C.V. en la encíclica “Tametsi futura” del mismo papa, en 1900.
En este contexto, estamos aquí reunidos con la Madre, Maestra y Reina, para que nos comunique, también a nosotros, “las palabras que siempre llevó en su corazón”.
Lucas, nos dice que después de la Ascensión, “todos ellos, o sea  los apóstoles) perseveraban unánimes en la oración con las mujeres, (y a buen seguro que eran muchas) y con María, la madre de Jesús”. Es significativo, que además de los apóstoles se recuerde solamente a María por su nombre, acompañado de su máximo título: “la madre de Jesús”. Pero María nunca aparece separada del resto de la Iglesia, a pesar de su  misión única: María es siempre la que “está con”. Así, el ángel la saluda: “el Señor está contigo”. Los Magos la encuentran “con Jesús”. Ella vive “con su familia”. Va hasta AinKaren para estar “con Isabel”. Participa en una boda “con su hijo”. En Pentecostés, está “con los discípulos y discípulas”. Está “con su Hijo” al pie de la cruz. En fin, Dios concede su Espíritu a la iglesia naciente cuando “están con María”.
Ella, permanece a nuestro lado, aunque en ocasiones abandonemos a su Hijo. Nunca nos lo echa en cara; siempre nos espera para acompañarnos, animarnos, enseñándonos a esperar y confiar. Pero  la Iglesia siempre ha estado sometida a duras pruebas, entonces, ahora y siempre. Pero la garantía que Jesús nos dejó al pie de la cruz nunca cambiará: “Ahí tienes a tu madre”. Este alumbramiento se produce en Pentecostés con todo su esplendor. Nosotros perderemos el miedo, no dudaremos jamás de la Madre ni del  Hijo, optaremos por los pobres, y trabajaremos por el Reino.
Pero en nuestro caminar, siguen apareciendo dudas y temores, algún que otro fantasma, en definitiva, tentaciones que quieren apartarnos del buen camino, o convertirnos en acomodados indiferentes en el anuncio del Reino.
Como se nos recordaba en el retiro de preparación a esta Fiesta, vivimos tiempos de crisis, no solo económica, sino también de valores humano-cristianos, sin los que nuestra existencia pierde hasta el sentido mismo de la vida. Nos acompañarán noches oscuras, alguna tormenta, o quizás algún ciclón, Dios no lo quiera; pero estando con María, nada debemos temer. Volverá a amanecer y brotará la esperanza, que nunca murió porque sabemos de quien nos hemos fiado.
María, nuestra Reina, es garantía en el seguimiento al Maestro y en el servicio incondicional. Ahora nos preguntamos:
Ø  Imitamos su ejemplo en el servicio a los Hermanos/as de comunidad, y a los hombres nuestros hermanos?  ¿Cuánto nos importan?
Ø     No vale una vida auto-referencial: yo, después yo, y siempre yo.
Ø  Vivimos tiempos de sequía espiritual, humana, vocacional, y nosotros ¿cómo testimoniamos la esperanza cristiana? ¿La sal y el fermento que nos recuerdan?
Ø     ¿Nos preguntamos alguna vez a quién interroga nuestra Vida Consagrada?
Ø   ¿O quizás nos limitamos a quejarnos de todo y de todos, a no estar contentos con nada ni con nadie, a respirar un pesimismo existencial? Me pregunto…
Ø  ¿A quién queremos convocar, y que experiencia de fe queremos ofrecer a cuantos se acercan a nosotros, con ganas de descubrir a Jesús y a su Madre?
Ø   No se buscan culpables, sólo queremos convertirnos a Jesús y a María. Así sea.


11 de junio


domingo, 2 de junio de 2019

Mes de Junio dedicado al Sagrado Corazón de Jesús

Hoy día de la Ascensión y Jornada de las comunicaciones sociales, he de agradecer porqué hay personas que hacen buen uso de estos medios y difunden mensajes que nos ayudan. He recibido un WhatsApp que comparto con vosotros, tras haber consultado si podía subirlo a este blog.

Ayer comenzamos junio, mes del Sagrado Corazón de Jesús.
Esta devoción ha existido desde los primeros tiempos de la Iglesia, desde que se meditaba en el costado y Corazón abierto de Jesús, de donde salió sangre  y agua. De ese corazón nació  la Iglesia, y por ese Corazón se abrieron las puertas del Cielo.
Además el pasado jueves 30 de mayo, celebramos el centenario  de la Consagración de España al Sagrado Corazón, que será renovada nuevamente.
Este corazón no es el de un Liberador revolucionario, violento, sino el Corazón dulcísimo del Liberador espiritual preocupado, antes que nada, por arrancarnos de la esclavitud del pecado y del demonio. Frente al corazón de Jesús, nuestros pecados contra la fe a su amor divino y humano retoman gravedad a nuestros ojos y se muestran más detestables aún que nuestras faltas contra las virtudes cardinales y morales.
Incluso, el culto al corazón de Jesús, nos hace buscar contra todos los cismas, contra todas la divisiones, la verdadera unidad de los cristianos en su Preciosa Sangre de Profeta, Sacerdote y Rey, instituyendo para ello el orden y el Papado unificador.

2 de junio


sábado, 1 de junio de 2019

1 de junio


Intenciones mes de Junio

DEL PAPA
POR LA EVANGELIZACIÓN: Por los sacerdotes, para que  con la sobriedad y humildad de sus vidas, se comprometan en una solidaridad activa hacia los más pobres.

DE LA CONFERENCIA EPISCOPAL
Por las personas consagradas a vivir en pobreza, castidad y obediencia, para que sus vidas sean testimonio del Reino de Dios.