En nuestra más tierna edad, en nuestra infancia, nuestros mayores nos enseñaron a querer a nuestro Ángel de la Guarda, era para nosotros nuestro buen amigo que nos cuidaba y aconsejaba, pero conforme íbamos creciendo, fue quedando en el olvido, pues parecía que esto solamente era algo de la infancia, siendo esta forma de pensar un error, pues nuestro ángel es compañero de camino para toda nuestra vida. El estar atentos a sus consejos nos facilita la elección de como obrar, para en todo momento, optar por el bien, por eso y con el fin de recordarlo, especialmente a aquellas personas que pueden haberse olvidado un poco de él es por lo que ponemos este bello himno de Laudes (oración de la mañana de la Liturgia de las Horas)
Himno
Ángel santo de la guarda,
compañero de mi vida,
tú que nunca me abandonas,
ni de noche, ni de día.
Aunque espíritu invisible,
sé que te hallas a mi lado,
escuchas mis oraciones
y cuentas todos mis pasos.
En las sombras de la noche,
me defiendes del demonio,
tendiendo sobre mi pecho
tus alas de nácar y oro.
tu mensaje y que lo siga,
que vaya siempre contigo
hacia Dios,que me lo envía.
Testigo de lo,invisible,
presencia del cielo amiga,
gracias por tu fiel custodia,
gracias por tu compañía.
En presencia de los ángeles,
suba al cielo nuestro canto:
gloria al Padre, gloria al Hijo,
gloria al Espíritu Santo. Amén