jueves, 29 de marzo de 2018

Jueves Santo

Día en que Cristo nos enseña lo que hemos de hacer aquellos que decimos somos sus seguidores, los que decimos somos cristianos: Amarnos los unos a los otros, ser servidores los unos de los otros, partir nuestro pan con el hambriento.... y en esta última Cena, tal vez, como a los apóstoles, nos viene a la mente todo lo que Él, a lo largo de sus tres años de vida pública nos enseñó: la humildad, no aspiró a los primeros puestos, Él fue el servidor de una humanidad que estaba sedienta, enferma, que vivía marginada, la desigualdad, donde las mujeres eran lo último de la sociedad y él las escucha y entabla diálogo con ellas, reúne multitudes y tiene gestos, como el preocuparse de que no han comido y pedir a sus apóstoles que les den de comer y cuando la gente lo ensalza, Él se retira a orar. Su relación con el Padre preside su vida, hasta el punto de entregarse por nosotros e instituir la Eucaristía para ser nuestro alimento, y el sacerdocio, para que nos acompañen y orienten nuestro caminar y nos den los auxilios necesarios para nuestra peregrinación por este mundo, hasta nuestro retorno a la Casa del Padre. Gracias Señor porque siempre cuidas de nosotros. Bendito y alabado seas en el Santísimo Sacramento del Altar.