Hoy toda la Familia Paulina celebra el centenario del regreso a la Casa del Padre de un joven, que conoció al Padre Alberione y se entusiasmó con el apostolado de la buena prensa, ingresando en la Escuela tipográfica Pequeño Obrero , futura Sociedad de San Pablo en 1916 .
Habiendo caído gravemente enfermo, aceptó con generosa disponibilidad la voluntad de Dios.
Murió en Benevello el 27 de julio de 1918.
Su programa de vida: "progresar un poquito cada día", al que fue siempre fiel hasta su muerte.
Sus últimas palabras recogidas por don Alberione, nuestro Beato Fundador de la Familia Paulina, fueron: " Mis saludos a todos los compañeros, oren por mi y que podamos encontrarnos todos en el Paraíso"
Con tan sólo 14 años, fue modelo para muchos jóvenes, siendo declarado Venerable por San Juan Pablo II en 1988