lunes, 31 de diciembre de 2018

FELIZ AÑO NUEVO


El día 1 de enero marca el comienzo del Año Nuevo en el calendario oficial. Es un buen momento para que todos, creyentes y no creyentes, demos un vistazo al año que termina y demos también una mirada, si es pausada mejor, al año cuyo calendario empieza a desgranar sus páginas.
Al dejar atrás el año que termina, es bueno que demos gracias a Dios por todo lo que hemos vivido, con sus luces y sus sombras: por los días de sol y por los de tristes nublados; por las tardes tranquilas y por las noches oscuras; por los días de soledad y los de gratas compañías; por el sol la luna y las estrellas y, sobre todo, por todas las personas, sin distinción alguna, que han compartido con nosotros algunos tramos del camino.
Y al comenzar el Año Nuevo, que es algo así como un cuaderno en blanco que Dios nos da para que escribamos un nuevo capítulo de nuestras vidas, también es bueno que abramos nuestros corazones a Dios, fuente y origen de todo don, para formularle nuestras peticiones. Pidámosle, pues, sin reparo y sin temor porque Él mismo nos ha estimulado a pedirle. Pero pidámosle, ante todo y sobre todo testas tres cosas: una fe muy grande, tan grande que nos permita verle a Él presente en las personas y en los acontecimientos de cada día; una esperanza a toda prueba para no desfallecer en el camino, y una caridad ardiente, tan ardiente que haga vibrar nuestros corazones en todo lo que se refiere a Él y a los hermanos.
¡Feliz Año 2019!
Antonio Maroño