Nuestra Hna Mari Muñoz ha querido compartir con nosotros su reflexión sobre la Navidad.
Para esta Nochebuena o
para mañana Navidad, deseo compartir con vosotros unas reflexiones, a mi
me han ayudado a vivir mejor este tiempo de gracia que es la Navidad y daré
gracias a Dios si os puede ayudar, a sentiros más felices esta Navidad y
siempre, a alguno de vosotros.
Eso sí, es necesario dedicarle un tiempito, cada uno el que necesite o del
que disponga, el preciso para que la mente pueda asimilar
este Regalo que Dios viene a traernos.
Tomando la imagen de este bebé como referencia, o bien alguna foto nuestra de cuando éramos bebés, o bien de cuando vuestros hermanos. o vosotros mismos eráis bebés.
Invocamos a María, al Espíritu Santo y a nuestro Ángel Custodio
para que nos ayuden.
Y ahora ya podemos empezar a contemplar a este niño, ¡qué feliz
se encuentra!, y no tiene aparentemente nada, ni un juguete que lo
distraiga.
Eso sí, se siente envuelto por mucho cariño y una luz especial,
que nos muestra ese momento de su vida; se encuentra muy feliz; lo
sabemos por la reacción de felicidad y belleza que expresa su carita.
Nosotros también podemos ponernos a la luz del Recién Nacido, a
la luz de Jesús, y mirarle sin más, como ese niño de la foto, de ahí que
necesitemos un tiempo aunque sea pequeño y estar a solas, para poder contemplar
a Jesús, ¡Dios, hecho hombre en un bebé! Nunca podremos ahondar en cuanto amor
nos tiene.
Contemplando la maravilla de este misterio, me surge el dar gracias a Dios, porque para Jesús, cada uno somos únicos y preciosos porque somos suyos.
Y podemos saborear esta realidad, que nadie nos la dice, pero nosotros podemos apreciar, que Jesús se recrea con nuestra presencia y nuestras sonrisas sólo para Él, y pienso que deben ponerlo muy contento, Él nos ama como nadie nos ha amado ni nos amará nunca. Sentir ese amor tiene el poder de restaurarnos como personas, nos da el poder de volar como las águilas.
Creer que Jesús es nuestro Salvador es muy distinto a decirlo, por eso la Navidad es motivo de tanta alegría.
Contemplando la maravilla de este misterio, me surge el dar gracias a Dios, porque para Jesús, cada uno somos únicos y preciosos porque somos suyos.
Y podemos saborear esta realidad, que nadie nos la dice, pero nosotros podemos apreciar, que Jesús se recrea con nuestra presencia y nuestras sonrisas sólo para Él, y pienso que deben ponerlo muy contento, Él nos ama como nadie nos ha amado ni nos amará nunca. Sentir ese amor tiene el poder de restaurarnos como personas, nos da el poder de volar como las águilas.
Creer que Jesús es nuestro Salvador es muy distinto a decirlo, por eso la Navidad es motivo de tanta alegría.
No pensemos en nosotros mismos, si somos buenos o malos a nuestros
ojos, sólo pensemos en el Señor, sintiendo el cariño con que
nos mira y nos envuelve.
Y pensando en esto brota en mi la Adoración, la alabanza, el
perdonar a nuestros enemigos...
Estos sólo son retazos de un tiempo de reflexión hecha oración, cuando el Espíritu Santo la conduce, puede ocurrir de todo.
Estos sólo son retazos de un tiempo de reflexión hecha oración, cuando el Espíritu Santo la conduce, puede ocurrir de todo.
Y llegados a este punto es el momento de desearos una ¡¡¡FELIZ
NAVIDAD!!!
Con todo cariño
Mari Muñoz