miércoles, 25 de marzo de 2020

25 de Marzo Solemnidad de la Anunciación

Hoy, las Anunciatinas hemos estado unidas en la oración, pues hemos podido seguir la Misa desde Roma, en la Capilla de las Anunciatinas, a través de YouTube a las 7:30 de la mañana y por la tarde a través de Facebook,  hemos seguido el Rosario de Familia Paulina desde la Soto-cripta de la Reina de los Apóstoles donde está nuestro beato Santiago Alberione. En medio de esta pandemia, agradecemos a Dios que hayamos podido orar juntos a través de los diferentes medios de comunicación - redes sociales-, no hemos podido reunirnos cada una en nuestros diversos países, pero hemos tenido el don de orar todas unidas con la Familia Paulina. Gracias Señor por estos detalles de tu Amor.
También  hemos seguido el Rosario desde Fátima, especialmente España y Portugal, ya que después del Rosario, el Cardenal ha hecho la consagración de la Península Ibérica al Sagrado Corazón de Jesús y María.
Jamás hubiésemos podido pensar que, en tanto aislamiento, estuviésemos tan cercana toda la Familia Paulina y especialmente las Anunciatinas.
Santa María, hoy te pedimos porque nos conserves en la unidad y la humildad, y el ofrecimiento por los que sufren y están perdiendo la esperanza, te rogamos por todos ellos y sus familias y por los que con su trabajo, sanitarios, médicos, enfermeras, auxiliares, administrativos de los hospitales, equipos de limpieza, cocineras, conductores de ambulancias etc. están intentando poder atender a todos los enfermos y ancianos. Los transportistas que se exponen para que no falten los alimentos, farmacéuticos, panaderos, fuerzas de seguridad y todos aquellos que no nombramos, pero que el Señor y Tú bien sabéis de su entrega generosa y su esfuerzo.
Personas que donan material Sanitario, que idean respiradores, que imprimen pantallas para  proteger a los sanitarios, costureras y empresas que dedican sus esfuerzos a hacer mascarillas, para paliar la falta de las mismas...
María, vemos que aún podemos tener esperanza de que esta humanidad despierta en los momentos cruciales, dando lo mejor de si solidariamente y descubrimos que no todo está perdido.
Santa María, salud de los enfermos ruega por nosotros.


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