Espíritu Santo, amor eterno del Padre y del Hijo, te adoro, te doy gracias, te amo y te pido perdón por las veces que te he ofendido en mi y en mi prójimo.
Dame Luz, santidad y espíritu misionero.
Que conozca a Cristo Maestro, asimile su Evangelio y siga las enseñanzas de su Iglesia.
Que con María, Reina de los Apóstoles, te invoque, te espere, te reciba y me deje guiar por ti. Amén´
Día tercero: "Ven Espíritu de Consejo para orientar siempre a Dios nuestro sentir, pensar y actuar"
Lectura bíblica: "Su madre dijo a los sirvientes: "hagan todo lo que él les diga" " Jn 2,5
Reflexión: Siendo fieles a las inspiraciones del Espíritu de Consejo, nos identificamos en cada uno de nuestros actos con las voluntad de Dios, regla suprema de toda santidad. "El Espíritu de Consejo dirigía hasta las más insignificantes acciones de la madre de Dios. La Virgen del "Magnificat" exaltando las misericordias del Dios de Israel es la misma que descubre humildemente la falta de vino en las Bodas de Caná, es la misma misma mujer modesta y valerosa que hallamos en oración en el Cenáculo, con los apóstoles. Ella ha ido realizando, día tras día, todos los designios de Dios" (cf Los dones del Espíritu Santo, Philipon) "En Pentecostés María fue inundada de gracia para ser en la Iglesia Madre del Buen Consejo, Reina y Maestra" (RdA, beato p. Alberione)
Propósito: Por medio de María, escuchemos el Consejo del Espíritu Santo. para hacer siempre en nuestra vida "lo que él nos diga"
Oración final: "María, madre del Buen Consejo, haz que resplandezca en nosotros un profundo espíritu de oración, la humildad sincera, una fe auténtica, y el amor generoso. Que con tu consejo, todos seamos santos, sal de la tierra y luz del mundo. María, Reina de los Apóstoles, ruega por nosotros".
Padrenuestro
Ave María
Gloria
