Espíritu Santo, amor eterno del Padre y del Hijo, te adoro, te doy gracias, te amo y te pido perdón por las veces que te he ofendido en mi y en mi prójimo.
Dame Luz, santidad y espíritu misionero.
Que conozca a Cristo Maestro, asimile su Evangelio y siga las enseñanzas de su Iglesia.
Que con María, Reina de los Apóstoles, te invoque, te espere, te reciba y me deje guiar por ti. Amén´
Día sexto: "Espíritu Santo, que el don de Piedad enriquezca nuestra vida de oración"
Lectura bíblica: "Junto a la cruz de Jes´ús estaba su madre" (Jn19, 25)
Reflexión: El don de piedad nos indica nuestra pertenencia a Dios y favorece nuestra relación profunda con Él, una relación que da sentido a toda nuestra vida y que nos mantiene firmes, en comunión con Él, también en los momentos difíciles. "María es "la apóstol", con la Piedad; porque ella oró más que todos y mejor que todos.... Siempre unida a su Hijo.... Su vida es una incesante oración" (cf RdA, p. Santiago Alberione) La vida de oración es una profunda unión divina continuada fielmente en el silencio interior a través de todos los actos de la existencia cotidiana vivida toda ella bajo la mirada de Dios. La oración es todo un secreto de santidad que Dios revela solo a los humildes y pequeños.
Propósito: Descubramos en María el Espíritu de Piedad que la hace la "apóstol orante", y dejémonos enseñar por esta Madre, Maestra y Reina.
Oración final: "María, tabernáculo viviente de Dios, fuente de paz y alegría, por tus humildes oraciones, que siempre conmueven el corazón de Dios, concédenos caminar en continua conversión, consérvanos junto a ti y a Jesús. No nos dejes caer, no permitas que nos alejemos de ti, para que, al final de nuestra vida encontremos, plenamente a Dios y lo alabemos junto a los santos. María, Reina de los Apóstoles, ruega por nosotros".
Padrenuestro
Ave María
Gloria