sábado, 6 de junio de 2020

Mes a San Pablo - día 6

CONVERSIÓN DE SAN PABLO
La santidad de san Pablo comenzó el día de su conversión. ¿Qué es la conversión? Es un cambio, un variar de camino, adoptar otro método de vida. Ello implica: cambio de pensamientos, de deseos, de obras; es decir que el convertido empiece a estimar cuanto antes despreciaba y a despreciar lo que antes estimaba.
La conversión de san Pablo fue tan extraordinaria, tan completa, tan estable que la Iglesia ha creído oportuno recordarla con una fiesta especial, que debe celebrarse en todo el mundo solemnemente. Fue más extraordinaria que la de Pedro y de san Agustín, pues aconteció por un prodigio, habiéndole tumbado Jesús en el camino de Damasco cuando Pablo estaba tan persuadido de la verdad de su religión que se había hecho un auténtico y fiero perseguidor de la Iglesia. Su conversión fue tan repentina que ni Ananías y los Apóstoles querían creerla. Fue tan completa que él empezó enseguida a predicar a Jesucristo con tanto ardor y tanta convicción como antes había empleado en impulsar a los fariseos a matar a san Esteban y en tratar de encarcelar a los cristianos. Fue tan estable que ya nunca tuvo ni un día de titubeo, ni en el tiempo pasado en soledad, ni durante los viajes apostólicos, ni en sus encarcelamientos.
Obsequio: medita las palabras de San Pablo: “Pero tan pronto como quiso Aquel que me escogió desde el seno materno, y por su gracia me llamó para revelarme a su Hijo, para que lo anunciara entre los gentiles…”
Jaculatoria: San Pablo apóstol, protector nuestro, ruega por nosotros y por el Apostolado de las Ediciones.