Hace un tiempo comentaba sobre este rincón, como un lugar sereno para orar y tomar nota de aquellos pensamientos que de vez
en cuando me sorprenden y me ayudan después a lo largo del día, o de los días,
y cuando los repaso, siempre me resultan actuales aunque hayan pasado muchos
años. Las reflexiones no las preparo, me vienen cuando el Espíritu Santo me las
inspira, sé que son suyas porque me producen paz y alegría, a veces me vienen
con mucha frecuencia y otras pasan semanas en que no escribo ninguna, creo que
no me las debo guardar y que es hora de compartirlas antes de que me vaya a la
Casa del Padre. Están escritas en un lenguaje no literario, el lenguaje hablado
en forma de escritura, lenguaje popular, si las modificase les quitaría su
encanto. Creo que puede ayudar mucho, porque esos pensamientos son los de
cualquier cristiano/a cuando hace oración, en un trato muy cordial con el
Señor, y en las reflexiones los encontrará plasmados algunas veces.
Mi amigo Jesús
Jesús, eres un amigo a medias todavía, aún no te conozco del todo, aunque Tú a mí me conoces desde siempre, yo para Ti sé que soy más transparente que el agua cristalina de un arroyo en primavera.
Señor, no termino de conocerte porque me falta fe y no doy tiempo para detenerme y pensar lo mucho que me quieres, Tu Señor, que eres el dueño del tiempo.
Lo más maravilloso es que me sigues queriendo igual, esperas siempre a que yo piense en Ti, para entonces decirme lo mucho que me amas.
Me olvido frecuentemente que mis problemas te interesan, que los vives conmigo y busco soluciones a solas cuando te tengo a Ti, siempre pronto a echarme una mano.
¡Qué grande eres! Cuando pienso en tu desinterés, en que nunca pensaste en tu provecho, Señor, me desbancas, me das miedo, pero porque busco la seguridad en mi misma.
¡Ay Jesús! Eres la fuente del agua viva, quien te mira se vuelve joven, tu rostro destrozado por amor, construye el nuestro destrozado por el egoísmo.
Quien te encuentra encontró el mejor tesoro, ¡qué alegría tengo de conocerte!
La amistad contigo Señor, es como una flor, la más delicada que podríamos encontrar, que tenemos que cuidar, porque por todos sitios habrá intentos de apartarnos de tu lado. (27 de Julio de 1980)
Mari Muñoz
Madrid 27 de Junio de 2020