jueves, 16 de julio de 2020

SONETO: ENTEREZA

Dios es Amor”, nos recordaba San Juan. Preciso no olvidarlo en este tiempo de pandemia. El vivir en ese Amor no es huida, es condición de “entereza”. Relacionado con la fe, hermosas estas afirmaciones del Papa Francisco – el ciego Bartimeo está en el fondo -: “La fe es un grito; la no fe es sofocar ese grito… Sofocar ese grito es una especie de “ley del silencio”. La fe es una protesta contra una condición dolorosa de la cual no entendemos la razón; la fe no es limitarse a sufrir una situación a la cual nos hemos adaptado. La fe es la esperanza de ser salvado; la no fe es acostumbrarse al mal que nos oprime y seguir así…” Deahí procede una oración “robusta”: “Más fuerte que cualquier argumento en contra, en el corazón del ser humano hay una voz que invoca. Todos tenemos esta voz dentro. Una voz que brota espontáneamente, sin que nadie la mande, una voz que se interroga sobre el sentido de nuestro camino aquí abajo, especialmente cuando nos encontramos en la oscuridad: ‘¡Jesús, ten compasión de mí!’”. ¡Hermosa oración ésta!” (Audiencia del 6-5-20). “De un cercano y grande Amor necesitas - en el que poder tu vida arroparla - y 
echar en sus brazos todas tus cuitas”.


Cuando la pandemia acerca sus garras
y a la gente más cercana la aflige,
aún más duro se siente el envite
y al corazón deja perdidas las ganas.

A esta difícil pandemia de marras
no hay humano corazón que la evite,
pues los afectos humanos omite
y los amores más fuertes desgarra.

¿Quién podrá con entereza afrontarla?
Sobrehumanas fuerzas son las precisas,
si en tu interior la paz quieres lograrla.

De un cercano y grande Amor necesitas
en el que poder tu vida arroparla
y echar en sus brazos todas tus cuitas.

P. Pedro Jaramillo
Parroquia de San Juan de la Cruz (Guatemala)