viernes, 24 de julio de 2020

SONETO: MIRADA AMPLIA

La necesidad de cuidarnos a nosotros mismos en este tiempo de pandemia nos puede hacer solidariamente introvertidos. Aquello de que “la caridad bien entendida empieza por uno mismo” puede llevarnos en este tiempo a “miras cortas” en el ejercicio de la caridad. Nos ha recordado el Papa Francisco: “La generosidad que sostiene al débil, consuela al afligido, alivia los sufrimientos, devuelve la dignidad a los privados de ella es una condición para una vida plenamente humana. La opción por dedicarse a los pobres y atender sus muchas y variadas necesidades no puede estar condicionada por el tiempo disponible o por intereses privados, ni por proyectos pastorales o sociales desencarnados. El poder de la gracia de Dios no puede ser ahogado por la tendencia narcisista a ponerse siempre uno mismo en primer lugar... No podemos sentirnos “bien” cuando un miembro de la familia humana es dejado al margen y se convierte en una sombra. El grito silencioso de tantos pobres debe encontrar al pueblo de Dios en primera línea, siempre y en todas partes, para darles voz, defenderlos y solidarizarse con ellos ante tanta hipocresía y tantas promesas incumplidas” (Mensaje para la IV Jornada Mundial de los pobres). “Momento es de extender tu mirada - para ver más allá de tu horizonte - tanta vida por el virus destrozada”.



Estamos todos en la misma barca,
pero de distinta forma lo estamos
y, aunque del mismo modo amenazados,
resultan ser muy distintas las marcas.

Verdad que a todos la pandemia aparca
y en el garaje nos tiene encerrados,
pero a unos con combustible dotados
y a muchos tan ni siquiera con arca.

Momento es de extender tu mirada
para ver más allá de tu horizonte
tanta vida por el virus destrozada.

Y, a ejemplo de Jesús, tú no recortes
tu mirada a la gente despojada
y que, en ti, Él les sirva de soporte.

P. Pedro Jaramillo
Parroquia de San Juan de la Cruz (Guatemala)