miércoles, 29 de julio de 2020

SONETO:VENERO DIVINO

El soneto de hoy me lo ha inspirado Juan 7, 37-39 (“quien tenga sed que venga a mí y beba: de sus entrañas brotarán ríos de agua viva”). Más que nunca somos sedientos en el desierto de esta pandemia… En nuestra búsqueda de agua, nos ayudan estas reflexiones del Papa Francisco: “el agua: por un lado, elemento esencial para la vida, que sacia la sed del cuerpo y sostiene la vida; por otro, símbolo de la gracia divina, que da la vida eterna. En la tradición bíblica, Dios es la fuente de agua viva: alejarse de Dios, la fuente de agua viva, y de su Ley, conduce a la peor sequía” (Ángelus, 15-3-20). Si grande es “la sequía de la pandemia”, más desesperante es aún no encontrar en nuestro interior el “agua que salta hasta la vida eterna”. Es todo un reto, pero – sobre todo – una gracia : “No precisarás ser gran adivino - ni temeroso estarás del fracaso: - disfrutarás de un venero divino”.


¡Cuán fuerte y duro nos duele la vida!
pues que sin norte nos hemos quedado
y grande se nos va haciendo el enfado,
al vernos en callejón sin salida.

Nos acecha la tentación de la huida,
pero un aguijón nos tiene agarrados
y hasta por un sinsentido cegados
que nos convierte en hiel la bebida.

Para buscar la Fuente ábrete paso
y gusta de su correr cristalino:
la gozarás sin temor a su ocaso.

No precisarás ser gran adivino
ni temeroso estarás del fracaso: 
disfrutarás de un venero divino.

P. Pedro Jaramillo
Parroquia de San Juan de la Cruz (Guatemala)