martes, 25 de agosto de 2020

SONETO: PERDONA NUESTRAS OFENSAS

“El cristiano que reza pide a Dios, ante todo, que le perdone sus ofensas y sus pecados, el mal que hace. Esta es la primera verdad de cada oración: aunque fuéramos personas perfectas, aunque fuéramos santos cristalinos que no se desvían nunca de una vida de bien, somos siempre hijos que le deben todo al Padre. La actitud más peligrosa de toda vida cristiana es el orgullo. Es la actitud de quien se coloca ante Dios pensando que siempre tiene las cuentas en orden con Él: el orgulloso cree que todo lo hace bien. Es la gente que se siente perfecta, la gente que critica a los demás, es gente orgullosa. Ninguno de nosotros es perfecto, ninguno” (Audiencia 17-4-19). Pensándolo bien, la invocación podría limitarse a esta primera parte, ¡sería bonita! Pero Jesús la une con una segunda expresión que hace un todo con la primera. La relación de benevolencia vertical de parte de Dios se refleja y está llamada a traducirse en la nueva relación que vivimos con nuestros hermanos: una relación horizontal… Las dos partes de la invocación están unidas por una conjunción inapelable: perdona nuestras ofensas “como” nosotros perdonamos a nuestros amigos, a la gente que vive con nosotros, a nuestros vecinos, a las personas que nos han hecho algo que no era agradable” (Audiencia, 17-4-19). “Pero a lo claro te pide una cosa: - Que a quien te haya ofendido tú lo perdones - sin el rencor de echarle encima una losa”. 


No es masoquismo que pecador te sientas, 
ni es disfrutar de echarte tú las culpas
 de que en este tiempo tantas se juntan, 
si prudencia y alma no tienes dispuestas. 

Te perdona Dios, abriéndote puertas 
y no forzando que lleves la lupa 
para con Él entablar la disputa 
de si te pasaste más de la cuenta 

Pero a lo claro te pide una cosa: 
que a quien te haya ofendido, tú lo perdones 
sin el rencor de echarle encima una losa.

A tus feas rencillas no te abandones: 
quien sin quitarlas pedir perdón osa 
hace que el odio entre todos se abone.

P. Pedro Jaramillo Rivas. 
Parroquia de San Juan de la Cruz (Guatemala)