viernes, 28 de agosto de 2020

SONETO: SER LEVADURA

Podríamos pensar que nuestro esfuerzo personal, familiar y comunitario es muy poca cosa, sobre todo en este tiempo de pandemia, donde todo nos sobrepasa. Sobre la pequeñez de la levadura y el proceso de transformación que genera, recordaba el Papa Francisco: “la levadura no se mantiene levadura…; se mezcla con la harina, está en camino y hace el pan»; … «la levadura muere: se mezcla con la harina y se convierte en pan para todos, comida para todos....». “No se trata de «un problema de pequeñez», … Es, más bien, «un problema de camino», y precisamente en el camino «sucede la transformación»…: «la harina deja de ser harina y se convierte en pan, porque es dócil a la fuerza de la levadura»; y aún más: «la levadura se deja amasar con la harina». Y aunque «la harina no tiene sentimientos», podríamos pensar que en ese «dejarse amasar» se dé «algún sufrimiento», así como, después, en el «dejarse cocer» (Homilía 25-10.16). “Si piensas no tener envergadura, - a Quien te ama, tu pequeñez ofrece - y sus manos te harán ser LEVADURA”. 

En medio del dolor y el sufrimiento 
algo más hay que hacer que resignarse; 
aunque rodeado estés por todas partes, 
de aullidos desesperados sin cuento. 

En tu interior no encontrarás contento 
sin el coraje de abrirte hacia adelante; 
y, valiente, atreverte a preguntarte 
qué espera Dios de ti en este momento. 

Si piensas no tener envergadura, 
a Quien te ama, tu pequeñez ofrece, 
y sus manos te harán ser LEVADURA. 

Sentirás cómo tus fuerzas se acrecen. 
Y tendrás por una grande cordura 
que lo pequeño en todos reflorece. 

P. Pedro Jaramillo 
Parroquia de San Juan de la Cruz (Guatemala)