martes, 22 de septiembre de 2020

SONETO: CONFINADOS CON AMOR

El confinamiento es un fuerte revés que puede dejar resultas negativas. El “hogar, dulce hogar” se puede convertir en un martirio. No por culpa de nadie, solo por una situación objetiva que, quizás, no sepamos manejar. Nunca mejor nos cae el refrán: “hacer de la necesidad virtud”. La pequeñita casa de la foto, custodiada por dos hermosas flores, intenta ser todo un símbolo. 

Tan extraños nos vemos confinados 
que nos pueden dar ganas de mordernos. 
Podemos hasta tal punto perdernos 
de sentir como ajeno a quien amamos. 

El frescor del amor nos hace falta: 
el cariño que es joven y lozano 
al estar estos días más cercano 
sabe que para sí no se basta. 

No te quedes en busca de un cobijo, 
del corazón haz brotar la abundancia 
y experiencia tendrás del regocijo. 

Que el hogar no es espacio de jactancia, 
lugar es de amor y fiel servicio 
más allá de la simple tolerancia. 

P. Pedro Jaramillo. 
Parroquia de San Juan de la Cruz (Guatemala)