lunes, 7 de septiembre de 2020

SONETO: EL ABRAZO DEL PADRE

La fe en Dios-Padre juega un papel decisivo en la manera de situarse frente a este tiempo duro de pandemia. Un tiempo en que podemos sentir una “global orfandad”. No sería buen camino dar las espaldas al Padre, eligiendo ser huérfanos. Al contrario, es tiempo de vuelta. Así lo expresaba el Papa Francisco: “Vuelve con tu Padre que te está esperando: el Dios de la ternura nos curará; nos curará de muchas, muchas heridas de la vida… ¡Cada uno tenemos las nuestras!... volver a Dios es volver al abrazo, al abrazo de nuestro Padre… Él es capaz de transformarnos, Él es capaz de cambiar nuestros corazones, pero quiere que demos el primer paso: ¡volver! Sería bueno que en nuestros oídos resonara este “vuelve”, “vuelve con tu Padre”. Te espera y hará fiesta. …es volver a casa” (Homilía, 20-3-20). “Deja tú que en tu corazón se labre - la imagen de sus dos brazos abiertos - y, alegre, acoge el abrazo del Padre”. 


Sumidos en una grande oscuridad 
hasta a nosotros dejamos de vernos, 
y sentimos la frialdad del invierno 
en una suerte de global orfandad 

Y adentro te muerde la cruel vaciedad: 
extrañas aquellos susurros tan tiernos 
en un corazón que se ha vuelto yermo 
por un virus pleno de grande crueldad. 

Lo que parece negado, aún está abierto 
y el deseo del abrazo se abre 
en Quien nunca te dejó en el desierto. 

Deja tú que en tu corazón se labre 
la imagen de sus dos brazos abiertos 
y, alegre, acoge el abrazo del Padre. 

P. Pedro Jaramillo 
Parroquia de San Juan de la Cruz (Guatemala)