Dedicado con gran afecto a las ancianas y ancianos que, sea sus casas o en Residencias y Hogares, parecen más vulnerables al coronavirus… Sus vidas nos preocupan y sus muertes nos duelen, porque los queremos. Y dedicado también a quienes, con cariño y entrega, los acompañan y cuidan.
Vino bueno y mejor es el añejo;
sus años y trabajo le han costado;
que no venga por nadie despreciado,
que gran gloria y honor es el ser viejo.
Mismo honor lo debemos al anciano:
ha amasado sus años con la gran fe
de apostar por el saber y no el tener
y de sabio ha dejado su legado.
Si cerramos la mente a su memoria,
y de la vida están arrinconados,
gran error cometemos con la historia.
Si el virus los prefiere con descaro,
nadie quiera cubrirse con la gloria
de hacerse de este “bicho” un aliado.
P. Pedro Jaramillo.
Parroquia de San Juan de la Cruz (Guatemala)