viernes, 4 de septiembre de 2020

SONETO: A RESGUARDO DEL CAOS

El caos en este momento duro lo pueden meter lo que el Papa, refiriéndose a los dones del Espíritu, llamó los TRES enemigos del don: narcicismo, victimismo, pesimismo. Así nos compartía: El narcisismo, que lleva a la idolatría de sí mismo y a buscar sólo el propio beneficio… En esta pandemia, cuánto duele el narcisismo, el preocuparse de las propias necesidades, indiferente a las de los demás, el no admitir las propias fragilidades y errores. El victimismo es peligroso. El victimista está siempre quejándose de los demás: “Nadie me entiende, nadie me ayuda, nadie me ama, ¡están todos contra mí!”. ¡Cuántas veces hemos escuchado estas lamentaciones! … En el drama que vivimos, ¡qué grave es el victimismo! Pensar que no hay nadie que nos entienda y sienta lo que vivimos…. El pesimismo. … El pesimista arremete contra el mundo entero, pero permanece apático y piensa: “Mientras tanto, ¿de qué sirve darse? Es inútil”. Y así, en el gran esfuerzo que supone comenzar de nuevo, qué dañino es el pesimismo, ver todo negro y repetir que nada volverá a ser como antes. Cuando se piensa así, lo que seguramente no regresa es la esperanza (Homilía Pentecostés, 31-5-20). Pero no dejes que falle tu tronco: - pues que en tu adentro con fuerza has creído - que del caos, Dios no te deja a su antojo”. 


El alma se cansa de tanto esperar, 
y lágrimas tristes surcan mejillas, 
de dolor herido el rostro no brilla 
y en lo más adentro nos falta la paz. 

¿Habrá sentido en este largo bregar? 
¿Podrá aguantar mi vasija de arcilla? 
¿Quedará mi corazón hecho astillas 
y rotos los remos de un inútil remar? 

La realidad rota saca quejidos: 
que no te asuste si son hasta roncos 
y que de perros parezcan aullidos. 

Pero no dejes que falle tu tronco: 
pues que en tu adentro con fuerza has creído 
que del caos, Dios no te deja a su antojo. 

P. Pedro Jaramillo 
Parroquia de San Juan de la Cruz (Guatemala)