Quienes hemos tenido la suerte de conocer personalmente al P. Santiago Alberione, de escuchar directamente sus palabras – ya en conversaciones informales, ya en la celebración de la santa Misa, ya en homilías o meditaciones –, hemos quedado profundamente impresionados por su manera de ser y de actuar.
Se veía y se percibía claramente que era un hombre de Dios. Que vivía, se movía y actuaba impulsado únicamente por su amor a Dios y por su apasionado deseo de la salvación de las almas. Murió a los 87 años, dejando tras sí el perfume de una gran santidad, cuajada en su intensa vida de Sacerdote, de Fundador de un amplio abanico de Instituciones religiosas y de Apóstol infatigable en el mundo de las comunicaciones sociales. La Iglesia así lo reconocido, por medio del papa san Juan Pablo II, elevándolo al honor de los altares, como beato, el 27 de abril del año 2003.
El pasado día 26 de noviembre, sus hijos e hijas hemos celebrado con gran alegría su fiesta, recordando, además, que ese día hacía exactamente 50 años que el Señor lo ha llamado a la eternidad para darle el premio merecido al siervo fiel y prudente. Y también ese mismo día, teniendo precisamente en sus mentes los 50 años de su nacimiento para el cielo, sus hijos e hijas, recordando el gran amor que el beato Alberione ha profesado a la Palabra de Dios desde los años de su juventud en el Seminario hasta el último suspiro de su vida, han inaugurado un Año Bíblico en el que se proponen aunar fuerzas, ideas, proyectos y actuaciones que puedan abrir nuevos caminos a la edición y difusión de la Palabra de Dios.
Este Año Bíblico, comenzado el pasado 26 de noviembre y que será clausurado el 26 de noviembre de 2021, es el tercero que celebra la Familia Paulina. El primero lo proclamó el mismo Padre Alberione, de 1960 a 1961, para celebrar el 1900 aniversario de la llegada de san Pablo a Roma. Y el segundo, de 1991 a 1992, fue para recalcar el servicio inquebrantable de la Familia Paulina a la Palabra de Dios.
“Esperemos que la Palabra de Dios – ha escrito recientemente el P. Valdir José de Castro, Superior General de la Sociedad de San Pablo –, de manera especial en este Año Bíblico, renueve en cada miembro de la Familia Paulina, el amor, la misericordia, la esperanza y la docilidad del Espíritu. La Palabra – sobre todo en el contexto de la celebración eucarística – sea la primera referencia para una relación fecunda con Dios, con los otros, con uno mismo, con toda la creación”.
P. Antonio Maroño, SSP