Nos están impresionando y asustando los costes sociales de la pandemia del coronavirus. La pobreza se extiende como una mancha de aceite. Nos ponen en pista unas afirmaciones del Papa Francisco: “En este marco, se comprende el pedido de Jesús a sus discípulos: «¡Denles ustedes de comer!» (Mc 6,37), lo que implica tanto la cooperación para resolver las causas estructurales de la pobreza y para promover el desarrollo integral de los pobres, como los gestos más simples y cotidianos de solidaridad ante las miserias muy concretas que encontramos (EG, 188). Las dos cosas nos apremian: “apuesta ya por lo nuevo”/ “a los pobres no les cierres tus manos”.
Intratable esta pandemia que vino:
son muchos a quienes siega la vida,
y a los más, con su feroz embestida,
implacable, les ataja el camino.
Desajustar toda vida es su sino.
Para lograrlo ha encontrado la vía
de lanzar a quienes viven al día
a caer en un precario destino.
¡Cómo hiere destapar la pobreza!
Y al mirar a quienes quedan en blanco,
nuestras caras se nos caen de vergüenza.
No es momento de que pases de largo:
por lo nuevo apuesta ya con presteza
y a los pobres no les cierres tus manos.
P. Pedro Jaramillo
Parroquia de San Juan de la Cruz (Guatemala)