Jesús ha ido creciendo en vosotros a medida que, llegados al uso de la razón, hicisteis obras buenas, recibisteis los sacramentos (...) y vinieron las buenas obras cumplidas, obedeciendo a los padres, con diligencia, en la oración, en la escuela, en las relaciones(...) Jesús crece dentro de cada uno hasta "llegar a la edad perfecta en nosotros" - como dice San Pablo -, es decir cuando él nos toma en posesión, se nos sustituye en la cabeza, en la mente, en la voluntad y en el corazón.