Estamos en el Año Bíblico.
Para que el texto sagrado entre,
como queremos, en
todas las familias y sea amado
y entendido, pueden usarse
muchos medios, pero el
primero es leer, meditar y amar
la Biblia. Esta es la oración vital
que nos obtendrá la
gracia de comunicar el
Verbum Dei.