Jesús ejercitó la humildad en el
pesebre, en Nazaret, en la vida
pública. En la pasión la ejercitó hasta
tomar la forma de pecador.
En la Eucaristía Jesús sigue
humillándose, estando escondido bajo
las apariencias de pan... Puede decir
de veas: "Aprended de mí que soy
manso y humilde"
Beato Santiago Alberione