Hoy nuestra Hna. Mari Muñoz ha compartido con nosotros su reflexion sobre el Evangelio de este Domingo pasado, IV del tiempo ordinario.
Al leer los siguientes versículos: "Había en la sinagoga un hombre con espíritu inmundo que se puso a gritar :¿qué tenemos nosotros que ver contigo, Jesús de Nazaret? ¡Has venido a destruirnos! ¡Sé quién eres tú: el Santo de Dios! (MC 1,23-24)
Me han impactado las siguientes palabras: "Jesús es el Santo de Dios" .
Aquel demonio sabía muy bien de lo que hablaba y decía, tenía mucha más fe que yo, y conocía mejor a Jesús que lo puedo conocer yo. Conocía a Jesús y sin embargo no lo amaba, no quería tener nada que ver con él.
No se puede expresar por escrito, con palabras lo que significa ser el Santo de Dios realmente, vitalmente, sin embargo creo que Jesús lo que predicaba es para que nosotros fuésemos también santos de Dios. Ser santos aunque no lo podamos comprender.
Adoramos y amemos a Jesús como el santo de Dios para que Él nos comunique lo que necesitamos y nos transforme en esos santos que Él deja que seamos en su Hijo amado Jesucristo el Señor.
Mari Muñoz