Sólo Cristo vive, piensa, actúa,
ama, quiere, ora sufre, muere y
resucita con nosotros. Como
ama, quiere, ora sufre, muere y
resucita con nosotros. Como
cabeza de la humanidad
regenerada, él forma con todos
los creyentes un cuerpo místico
cuyos miembros están
estrechamente unidos por la
caridad que anima una misma
vida, donde palpita un solo
corazón, el corazón de Jesucristo.
Beato Santiago Alberione