Formar una organización, si,
pero religiosa; donde las fuerzas
están unidas, donde la entrega
es total, donde la doctrina será
más pura. Una sociedad de
almas, que aman a Dios con toda
la mente, fuerzas y corazón, se
ofrecen a trabajar por la Iglesia,
contentas con el salario divino:
"Recibirán cien veces más, y
heredarán la vida eterna"
Beato Santiago Alberione