SÁBADO SANTO
Este fue para María un día de profundo
recogimiento, de dolor, de oración y de
fe. De espera, porque había quedado
ya vencido el pecado, vencido el
demonio, vencido el enemifo de Jesús.
Ahora sólo quedaba que Jesús saliera
del sepulcro y resucitara.
¡La fe de María!
Beato Santiago Alberione