sábado, 3 de abril de 2021

SÁBADO SANTO

Nuevamente agradecemos a  D. Pedro Jaramillo, que colabore con nosotros compartiendo este poema dedicado a la Virgen Madre.

YO QUIERO LLORAR TU LLANTO

Dedicado a la Virgen Madre, en el Sábado Santo del coronavirus (11 de abril del 2020), este poema de verso libre tiene aún vigencia para este Sábado Santo del 2021, todavía celebrado en medio de la pandemia.

YO QUIERO LLORAR TU LLANTO

Muchas veces he llorado,

quizás sin saber por qué;

pero las más he llorado

como reguero insaciable

de un corazón destrozado.

 

La vida nos ha enseñado

que llorar no es de cobardes,

que es humano y necesario,

para poder desahogar

tanto dolor encerrado.

 

Madre de la Soledad,

la del corazón por la espada traspasado,

déjame llorar tu llanto

y confundir con las tuyas

mis lágrimas de dolor

en este Sábado Santo.

 

YO QUIERO LLORAR TU LLANTO

El que hoy también te brota

de esta terrible pandemia

que deja tu corazón

herido y desconcertado,

como aquella tarde de un Viernes, te lo dejó

tu Hijo crucificado:

las preguntas se te agolpan,

el silencio te golpea,

la tristeza te hace mella cuando lo miras a Él

y en tu regazo lo abrazas;

a Aquel que, siendo la vida, la dejó crucificada.

 

Y, como Madre que amas,

hoy estás desconsolada;

estás al pie de la Cruz de tantas vidas segadas,

de los angustiados llantos

de tantos enfermos clavados

al silencio de sus camas.

 

YO QUIERO LLORAR TU LLANTO

Trasplántame las pupilas de tus ojos,

regálame con la fuerza de tus brazos,

enséñame las caricias de tus manos,

inúndame de tu corazón de Madre,

para que pueda ser yo PIEDAD para mis hermanos.

 

YO QUIERO LLORAR TU LLANTO

Y compartir tu ESPERANZA en medio de este fracaso.

Es un fracaso de cruz,

de aquella que sabes tanto.

Te mantuviste de pie,

a pesar de tu quebranto.

Y de pie nos recibiste,

cuando perdiste a tu Hijo tan amado.

 

Y en aquel parto de cruz

te nacimos multitudes.

Jesús nos hizo el regalo,

su regalo más preciado,

Y nos dio a gustar ya ahora

la calidez de tu abrazo.

 

Ese abrazo que ahora das a todos nuestros hermanos:

el abrazo que ya has dado a todos los que partieron

y a la CASA del Padre ya han llegado.

El abrazo maternal que das a nuestros enfermos:

dáselo en nombre de todos

y que sea abrazo tan fuerte

que a todos haga sentirte madre de MISECORDIA,

que los abrazas y quieres.

 

YO QUIERO LLORAR TU LLANTO

Y contigo adelantar la novedad que esperamos:

vivir en la comunión que a todos nos hace hermanos:

las personas y los pueblos, las culturas y las razas,

los lejanos y cercanos.

 

Como tú lo fuiste un día, sorprendidos quedaremos

por cumplirse la promesa de una vida digna y plena:

la que nos hace cercana la madurez de los frutos

en JESÚS RESUCITADO.

 

P. Pedro Jaramillo.- Párroco de San Juan de la Cruz (Guatemala)