San Pablo, en sus peregrinaciones,
buscaba siempre las grandes
ciudades, la más cultas y
comerciales, en las que establecía un
núcleo de fieles que fueran como
un hogar y un centro desde donde la fe
se esparciese alrededor.
Así hizo en Éfeso, Atenas, Corinto,
Filipos, Antioquía, Roma.
Beato Santiago Alberione