miércoles, 28 de julio de 2021

Algunas características de San José III

         Protege y cuida a Jesús, también en el peligro. Cuando el ángel le manda refugiarse en Egipto para evitar la amenaza de Herodes, “se levantó, de noche, tomó al Niño y a su madre, y huyó a Egipto”. La “noche” no es solo un dato cronológico: indica la prontitud de la obediencia de José, que ejerce como padre de Jesús, protegiéndolo, abriéndole caminos. La figura del padre es la que mejor expresa el cuidado de Dios sobre nuestra fragilidad. José cuida al Niño cuando todo va bien; pero también cuando es “de noche”, cuando llegan las dificultades y llegan las dudas y el miedo. Mientras recuerda el día, cuando ha vivido en la justicia, en actitud orante y obediente a Dios, sabe moverse también en la noche, sin echarse atrás, sin buscar comodidades o seguridades. Toma consigo a María y al Niño, siendo para ellos símbolo concreto, palpable, del Padre bueno que cuida de todos, como lo presentará Jesús más adelante.

        No es un detentor del poder.  El Evangelio de Lucas, que presenta con claridad la maternidad virginal de María en el paso de la anunciación, no dice nada de José ante el acontecimiento. Más adelante, con ocasión del viaje a Belén, se ve como  José se ha hecho cargo de la situación. Los relatos siguientes presentan a José al lado de María como esposo solidario, unido a ella en todo momento: desde el nacimiento del Niño a la circuncisión, a la presentación al templo o el encuentro de Jesús entre los doctores. La presencia de José junto a María muestra la realidad de una pareja muy unida, totalmente volcada en la construcción  de una familia en torno a la voluntad de Dios y a la obediencia a su ley. José es un auténtico cabeza de familia, que no quiere ser detentor de poder, sino ayuda para que la familia que se le ha confiado pueda realizar bien su vocación. Lucas no duda en llamar a José por dos veces "padre de Jesús"

      Los últimos relatos del evangelio que se refieren a san José, son los del encuentro de Jesús en el templo de Jerusalén y el regreso a la vida normal de Nazaret. En el primer momento, José se ve implicado en una inesperada "crisis familiar", cuando María advierte que Jesús adolescente no está en la caravana que está regresando a Galilea. Es una crisis familiar muy grave, que una vez resuelta, permite a loa miembros salir de ella más maduros. Por una parte, Jesús se separa de sus padres; por otra, ellos, aun siendo José y María, no han contado todavía con esa separación.... No es una situación fácil - tres días de angustiosa búsqueda - hasta que encuentran a Jesús en el templo. En cierto modo José y María prefiguran el grupo de los discípulos que tendrá que vivir los tres días del misterio pascual, a la espera de la luz de la palabra que les dé esperanza para superar la noche que se ha abatido sobre ellos

      Luego la narración de Lucas llama la atención sobre los años ocultos de Jesús en Nazaret, donde vive sometido a sus padres. Aquí Jesús recibe una educación en la que José seguramente tiene un papel importante: aprendizaje del oficio, introducción al conocimiento de la Torá, encomendada al padre, celebración de las fiestas, acompañamiento a la sinagoga los sábados, enseñándole las costumbres del judío observante... Ahí desaparece la figura evangélica de José, que no aparece ya en la vida pública de Jesús.

        De ello la tradición deduce la muerte de José rodeado de los suyos, especialmente de María y Jesús. Por eso se convierte en la figura espiritual del protector del moribundo cristiano, que afronta el paso con todos las ayudas de la fe. Confirma esta atención la figura de san José -concretamente a su enfermedad y muerte- un escritor apócrifo cristiano del siglo V,  conocido como “Historia de José el carpintero.