La colaboración no consiste en una
obediencia forzada, persistiendo
en mantener nuestros
pensamientos, tal vez contrarios,
juicios opuestos a cuanto se ha
determinado y dicho. Tenemos
que cooperar, pero ¿de qué manera?
Con la mente y luego con el
corazón y con la acción externa.
Beato Santiago Alberione