Corazón lanzado hacia Dios, hacia
las almas; gloria a Dios y paz a los
hombres. Ahí tenemos la vida
común que nos lleva a considerar en
la almas, en las personas, la
imagen de Jesús con quien uno se
encuentra a cada momento viviendo
en comunidad al ver a Jesús en la
hermana, en el hermano.
Beato Santiago Alberione