Hasta la década de los 50, en la Familia Paulina la devoción a san José se alimentaba con las oraciones tradicionales, especialmente “A ti, bienaven-turado san José, acudimos en nuestra tribulación…”, de León XIII y la “Coronilla de los imposibles”, de san Alfonso. En febrero de 1953, el P. Alberione compuso una nueva “Coronilla”, dedicando todo un boletín “San Paolo” para explicar su contenido y su significado.
El 15 de febrero de 1953, el P. Alberione entregó el texto
de una “Coronilla a san José” en la que, con los títulos tradicionales de san
José, se evocan valores más actuales y dinámicos de su misión de “colaborador
de Dios”. Siguiendo el esquema de los tradicionales siete “dolores y gozos” de
san José, incorpora la peculiar intuición carismática del Fundador, que permite
descubrir una visión viva y actual de san José, y constatar que la devoción que
propone el beato Santiago Alberione no tiene nada de “devocionismo”, sino que
expresa su profunda experiencia de san José y la visión que del santo Patriarca
quería dejar a la Iglesia, y especialmente a sus hijos e hijas.
Para introducirnos en la doctrina del beato Santiago
Alberione sobre san José podemos acercarnos precisamente a esa “Coronilla”,
pues en ella se compendia bien toda la espiritualidad del Fundador con respecto
al Santo. Se encuentra en el libro de “Oraciones de la Familia Paulina”.
En la presentación que hacía en febrero de 1953, el beato
Santiago Alberione ponía unas premisas, en las que hablaba de la “dignidad” de
san José por ser cabeza de la Sagrada Familia, partícipe de la paternidad del
Padre con respecto al Hijo, y ensalzaba su santidad, superior a la de cualquier
otro santo, exceptuando a la Virgen María. Cita a santa Teresa de Jesús: “No me
acuerdo hasta hoy de haberle suplicado nada que no me lo haya concedido”.