Cuando el P. Timoteo Giaccardo
entró en la Sociedad de San Pablo
y se le dio, además del título ordinario,
el de "maestro", se orientó
hacia el divino Maestro y entendió
cuál debía ser la parte que debía
desempeñar... y la desempeñó
fielmente (RSP, P. 348)
Beato Santiago Alberione