No haya sólo observancia exterior, sino que todo el ser vaya a Dios y toda la persona se injerte en Cristo camino, verdad y vida. Así pues, "Vivit vero in me Christus". Y cada cual sea, ante Dios, una hostia por la ofrenda total de su ser al Señor (APD 58, 84)
Beato Santiago Alberione