"Deje, querido P. Alberione, que el
Papa goce de esta larga, fiel e
incansable fatiga y de los frutos por
ella producidos para gloria de Dios y
bien de la Iglesia; deje que sus hijos
gocen con Nos y que hoy le
manifiesten quizás como nunca su
afecto y su promesa de perseverar
en la obra emprendida" (San Paolo
VI, CISP, p. 553)