Cambiar de continente, estar en la tierra, en el mar, en el aire; encontrar otras razas, otras culturas, lenguas diversas... ¡pero siempre con la misma Madre, siempre con corazón de hijos, con la misma devoción... qué consolador es!... Todo sea para María, todo se reciba de María, todo hacerlo con María. Ella nos muestra a todos su Hijo en la tierra (CISP, p. 1016)