La oración preceda,
acompañe y siga al
apostolado. El apóstol haga
propia la oración de Jesús:
"Que te conozcan a ti... y al
que tú has enviado,
Jesucristo!, y participará
así en la eficacia eternamente
salvadora de la misma
(AE,166).
Beato Santiago Alberione