No faltará la gracia de Dios si
el apóstol ha hecho preceder
la debida preparación
intelectual, moral y espiritual;
si escribo en gracia de Dios,
más aún, con el corazón
ardiendo en caridad hacia Dios
y las almas, rubricando su
obra con la oración y el sacrificio (AE, 143)
Beato Santiago Alberione