Quiera el Maestro divino, por intercesión del apóstol san Pablo, suscitar legiones de almas generosas que consagren toda su actividad de oración, de acción, de sacrificio y de heroísmo al apostolado, proponiéndose como único fin lo que fue el programa de la redención: «Gloria a Dios y paz a los hombres» (AE, 484).
Beato Santiago Alberione