Hay personas que a veces quieren lanzarse a muchas cosas, pero no se dan cuenta de que su corazón no es aún completamente de Dio, todo de Jesús. Es necesario tener el corazón todo de Dios, cada vez más suyo... y estar siempre dispuestos a su querer... siempre con un amor más ardiente a este Esposo celestial (AP 1958/1, 20).
Beato Santiago Alberione