Cuando Jesús iba al Calvario, llevando la cruz, se encontró con su Madre. ¡Oh, qué tormento! Jesús mártir en el cuerpo, María mártir en el alma. En el Calvario dos víctimas, dos altares, una sola ofrenda, consumada en el altar de la Cruz y en el altar del Corazón inmaculado de la Virgen (APD47, 333).
Beato Santiago Alberione