Toda vuestra vida sea un Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. La eternidad la pasaréis en glorificar al Padre por medio del Hijo, en ir al Padre por el Hijo, en el Espíritu Santo. Este es el camino que siguió María, que os indica san Pablo y que debéis tener (APD47, 495).
Beato Santiago Alberione