Propongámonos conocer a san Pablo y dar gracias al Señor por haber obrado tantas maravillas en el Apóstol: convirtiéndole del judaísmo; enriqueciéndole con tanta ciencia; encendiéndole del más puro amor a Jesús; llenándole del más sagrado celo; dándole constancia en predicar el santo Evangelio hasta el martirio (APim, 45).
Beato Santiago Alberione