Si un alma dijera: me abandono totalmente al Señor, sírvase de mí como de un trapo para quitar el polvo, o como un mantel del altar; estoy en sus manos y trato de agradarle solo a él, mi Esposo... Si de veras tuviera esta disposición, estaría bien encaminada a la santidad (APD47,427).
Beato Santiago Alberione